Un 23 de abril pero del año 1997, gran parte del territorio sudamericano esperaba con ansias los octavos de final de la Copa Libertadores de América. Aquel día se enfrentarían el Club Atlético Racing Club de Avellaneda contra el Club Atlético River Plate.
Racing había sido el ganador del partido entre los subcampeones del Torneo Apertura 1995 y del Torneo Clausura 1996. River, por su lado, se había consagrado campeón de la Copa Libertadores del año 1996.
Todos esperaban un gran encuentro futbolísticamente hablando. Pero lo que nadie esperaba, a excepción de los propios hinchas de la «Academia» enterados de la noticia, era que aquel encuentro en la tribuna de Racing Club se estrenara la que, para aquel momento, sería la bandera más grande del mundo. 187 metros de largo y 40 metros de ancho definían las dimensiones de aquel telón.
Para culminar con la fiesta vivida aquel día, Racing lograría vencer al Campeón de la Libertadores 1996 y pasar a la siguiente fase, en la cual también sería vencedor frente a Peñarol de Uruguay.
Si bien la «Academia» fue derrotado en la semifinal por el Sporting Cristal de Perú, lo que quedó en la retina de cada uno de los televidentes y personas que asistieron a la cancha aquella noche, fue aquel inolvidable telón estrenado el 23 de abril del ’97, que tenía grabado la siguiente frase:
«Más allá de la lógica, más allá de la razón, te entrego mi vida y mi corazón. La guardia imperial»