La alegría fue inmensa. Eso está fuera de toda discusión. El hecho de haber derrotado a Boca Juniors en la semifinal de ayer por la tarde en suelo sanjuanino no sólo le permitió a la Academia quedarse con la serie en el clásico, sino que le otorgó la chance al equipo a cargo de Juan Antonio Pizzi de volver a disputar la final de una Copa Nacional. Y estos son motivos más que suficientes para haber tenido un gran martes en Avellaneda, más allá del poco descanso con el que contó el plantel tras su vuelta desde cuyo ayer por la noche.
Ante la inmediatez de la instancia definitoria a la que llegó el equipo, esta mañana Racing no perdió el tiempo y se entrenó en la cancha auxiliar de su estadio. Los futbolistas que tuvieron más de 45 minutos de acción en el Estadio del Bicentenario realizaron tareas físicas regenerativas, mientras que para los restantes integrantes del plantel desarrollaron tareas de movilidad y un bloque de fútbol en setenta metros.
El jugador Julián López fue hisopado de nuevo con un nuevo resultado negativo, tras pasar los cuatros días de aislamiento precautorio al que fue sometido antes del viaje de la delegación a San Juan. Con este panorama a favor, el joven mediocampista trabajó a la par de sus compañeros. Por su parte Garré intensificó su etapa final de recuperación con tareas exigentes en el campo de manera diferenciada.
Este miércoles Racing Club voleverá a entrenarse en horario matutino en Avellaneda. Una nueva final se aproxima para el equipo y más allá de la alegría por haber logrado llegar hasta esta instancia definitoria, se sabe que aún falta un peldaño por conquistar para alcanzar la gloria al final del camino. Y la Academia va en busca de ella una vez más.
(Prensa Racing Club)