¿Hay que comenzar por los porqué? Fueron tantas las evidencias que parece redundante dar los motivos de la consagración en Al Ain, ante Boca, en la final por la Supercopa Internacional. El 39° título de Racing en su historia (la 15ª copa nacional) decantó como consecuencia lógica de los 90 minutos. ¡Salud Supercampeones, lo tienen merecido!
Racing fue más salvo en momentos breves y específicos. Pero incluso en esas circunstancias, tuvo la capacidad de sobreponerse y marcar el control del partido. Al golpe de Boca, con el gol de Roncaglia a los 16 minutos, la formación de Fernando Gago respondió con juego y eficacia, sin demoras… Tres minutos después de aquel episodio, un lanzamiento largo de Piovi tuvo la continuidad en el pivoteo de Romero en mitad de cancha para una descarga de pecho -casi un anticipo de asistencia- para que Maxi Moralez tocara recto y dejara a Carbonero en posición de gol. Y así fue, con la exacta definición del colombiano ante García.
Desde entonces, Racing dominó sin interrupciones, con aspectos clave: la firmeza de la defensa; la posición que asumió Nico Oroz, indetectable para Fabra y para los volantes rivales cuando dejó la banda derecha y se paró como interior adelantado; la vigencia de Moralez, con calidad y lucidez para sacar provecho de los espacios, y Carbonero, cada vez más influyente por destreza y velocidad.
El 2-1 debió haber llegado antes por generación de situaciones aptas para convertir (un par de Carbonero, otra de Oroz, una de Moreno…) y por imposición de condiciones, algo que se alteró levemente en el segundo tiempo, cuando Boca manejó la pelota a través de Ezequiel Fernández, pero con moderada profundidad para los ataques (apenas un remate franco de Benedetto que tapó Arias). Para Racing jamás está dicha la última palabra; por eso sus pretensiones ofensivas se mantienen hasta el último instante…
La sanción del penal (fue correcta la sanción por mano de Sandez ante un remate de Gómez) llegó a los 47 minutos y el zurdazo estupendo de Piovi acomodó el resultado al desarrollo. No importa si fue antes o después. La Supercopa Internacional quedó del lado correcto de la mesa.
Foto: Fabián De Ciria.
(Prensa Racing Club)