Racing Club: Vení, vení, cantá conmigo…

Racing

Y se abrió de golpe, en un lapso de cuatro minutos, entre los 13 y 17 del segundo tiempo. En esos 240 segundos, Racing convirtió por duplicado, con una media vuelta de Javier Correa y un zurdazo pinchado de Matías Rojas en estupenda definición, y a partir de allí empezó a fluir.

A diferencia de los dos partidos anteriores del ciclo de Fernando Gago, Racing creció a partir de esa circunstancia, ya que en el primer tiempo habían prevalecido la fricción, el despliegue de Atlético Tucumán para que la cadena de pases se cortara lejos de Lucchetti. No hubo control pese a que el esquema ensayado (tres centrales, Pillud y Mena subidos a la línea de volantes y tres puntas, con Licha López muchas veces abierto por izquierda) sugería una formación ancha y profunda. Casi sin sobresaltos en las aéreas transcurrió ese período, en el que apenas un zurdazo rasante de Rojas inquietó a Lucchetti.

En la reanudación Racing sí logr´po eficacia con la presión alta y la defensa lejos de Arias. Copetti había lanzado dos anuncios antes de ganar una pelota por derecha, poner el centro a Mena, de cuyo rebote sacó ventaja Correa para el 1-0. Racing, así, no demoró en romper el cero luego de un dominio claro desde el arranque de la segunda parte. Y tampoco se entretuvo para sacar distancia de tranquilidad con la exquisitez de Rojas.

Con el local agrietado, Racing dispuso de tiempo, espacio y paciencia para hacer correr la bola, en una exposición cuyo highlight se dio a los 40 minutos, cuando Fabricio Domínguez -reemplazante del golpeado Iván Pillud– surgió como eje del hilván hasta encontrar libre a Tomás Chancalay: el palo derecho frustró el 3-0 y el desenlace perfecto para una notable maniobra colectiva.

Arrancó Racing… Que no se detenga.

Foto: Prensa Atlético Tucumán.
 

(Prensa Racing Club)