Racing Club: Un desenlace injusto

Racing

Por varias razones, la caída 2-1 en Rosario ante Central admite generosos reparos. Un dato abrevia la discusión: Jorge Broun fue responsable de que Racing no se llevara más, estrictamente lo que mereció por el desarrollo…

Sería insensato pretender un cambio express, en apenas 48 horas de gestión. No obstante esa certeza, también se debe considerar otra: Racing empezó, sin demoras, a asumir una idea definida de juego en función de lo que pretende Fernando Gago, el DT en funciones desde el jueves último. Los grandes rasgos se vieron enseguida: cadena de pases con fluidez desde el área propia, con cambios de ritmo y orientación, movimientos colectivos para recuperar la pelota lejos del arco, reducción de espacios hacia adelante… Racing quiso ser ancho con los laterales y con los ofensivos que transitaban por esa zona. Con Moreno como interior y Rojas en espejo por izquierda, el equipo buscó opciones de descargas y variantes para cortar hacia los metros finales de Central.

La primera media hora se desarrolló bajo el compás propio, con intensidad y determinación para sostener el control. Racing, con un centro rasante de Copetti (se paró abierto) que Almada cerró en el área chica más una volea de Rojas y un derechazo de Chancalay que Broun frustró, dio argumentos para exigir más que el 0-0 de esos 45 minutos de inicio.

Es cierto que en el inicio del segundo tiempo Central aprovechó el desgaste de Racing, se paró en terreno ajeno y tuvo algo que no había conseguido en el PT: rematar al arco. En el segundo intento, Infantino hizo su único aporte al colgar un zurdazo en el ángulo izquierdo. Racing se repuso rápido con el cabezazo de Copetti luego de una asistencia de Licha López. Racing, por entonces, ya había alejado a Central de Arias y no pasaba inquietudes… hasta que a los 34 minutos Marco Rubén demoró su salida por una molestia física y lanzó la última ficha para un pleno goleador con un cabezazo en el borde del área chica. Las manos de Broun volando alto hicieron el resto para impedir que dos cabezazos, el primero de Chancalay y el otro de Alcaraz, acabaran en la red como se presumía por la calidad de la ejecución.

La derrota molesta, claro, por inmerecida. Pero una luz se vislumbra… Que ilumine y crezca.

Foto: Foto Baires.
 

(Prensa Racing Club)
 

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