La despedida fue prematura

Racing

Racing no especuló con el gol conseguido en Brasil y buscó repetir un esquema similar, con los dos laterales subidos, presión alta para recuperar rápido y ejercer control con la circulación de pelota. Más que el cambio en defensa (Martínez de paró a la derecha y Sigali en el centro de la línea de tres centrales), la modificación estuvo en San Pablo, directo en la transición cuando Racing perdía el balón en campo ajeno. El equipo de Hernán Crespo, mejorado con Miranda en la zaga, Benítez para la conducción más Rigoni y sobre todo el veloz Marquinhos en ofensiva, había dado aviso con un zurdazo de Sara y un cabezazo de Marquinhos, ambos cerca de los postes, antes del 1-0 que Rigoni convirtió luego de una réplica que Arias desvió pero el palo izquierdo, en el rebote, dejó servida para la definición. A Racing le faltaba una marcha más y llevar al arco de Volpi la posesión que ejercía. Salvo un centro de Chancalay, en tiro libre, que Copetti no pudo mandar al fondo del arco, no hubo registro de peligro en el arco visitante en los primeros 45 minutos.

Si un gol un par de minutos antes de la terminación del primer tiempo resultaba inoportuno para los intereses de Racing, otro a los 180 segundos de la segunda mitad se transformaba en un ancla… A esa altura surgía la pregunta sobre la conveniencia de un planteo parecido al de la ida, en especial porque se notaba que San Pablo era diferente, con rapidez para buscar el espacio vacío. Y no se trata de un recurso retórico ni de lanzar hipótesis sin comprobación: ¿si San Pablo se mostraba peligroso con espacios y no lastimaba con la posesión, no habría servido una modificación que resguardara a Arias antes de la desventaja?

El 3-0, previsible por los dos mazazos, profundizó la herida que el descuento de Correa, con una definición de calidad, apenas disimuló. La Copa Libertadores se terminó antes de lo que podía suponerse por los antecedentes de los siete cotejos previos…

Fotos: Paola Lara
 

(Prensa Racing Club)