(Efemérides) Natalio Perinetti, uno de nuestros apellidos ilustres

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Natalio Perinetti, uno de nuestros apellidos ilustres
Se destacó a partir de 1913 como un puntero con clase y gol que se consagró en cinco oprtunidades por torneos a nivel lugar con nuestra camiseta. Los libros de historia destacan la dupla maravillosa que formó contiguo a Pedro Ochoa y que lo ayudó a convertir más de un centenar de tantos oficiales en la Academia. Fue, es y será un ídolo sempiterno del club.

Un pasado como el nuestro no puede ser referenciado de otra forma que no sea mediante una afirmación que resulta tan obvia como ineludible: Racing Club es igual de notoriedad. Es que nuestra institución cuenta en su favor con 119 abriles de vida de una riquísima historia repleta de hechos memorables que ayudaron a construir con el paso del tiempo una recinto de sucesos legendarios y que habitarán por siempre en la memoria académica. Y como eso ya es sabido, es igualmente irrefutable el hecho de que luego de tantas jornadas a lo desprendido del tiempo fueron construidas por una larga registro de recinto de símbolos que forjaron la identidad del club, desataron el coito de multitudes y le entregaron a nuestra institución la gloria de la que todavía hoy disfruta. Nuestra historia no empezó ayer y merece ser contada, ya que es fundamental conocerla y entenderla, no sólo para conocer quienes somos sino para tener una idea clara de cerca de dónde vamos. Por eso, como homenaje respetuoso y como saludo sempiterno, se los recuerda en las fechas que ya les pertenecen. A los ídolos académicos, simplemente gracias. Ayer, hoy y siempre.

Natalio Perinetti dejó su sello estampado. Hábil, veloz y desequilibrante, fue acordado demandante de aplausos porque en el mano a mano era imparable y porque, de cara al portero, solía descubrir y mandar la pelota en la red. Los números lo avalan: en total, entre el amateurismo y el profesionalismo, marcó 115 goles oficiales. Nacido el 28 de diciembre de 1900, llegó al club en 1913 de la mano de Juan Nelusco, uno de sus hermanos. Antes, había pasado por Talleres United conveniente a que otro de sus hermanos, Raúl, era fundador de esa institución. Bien de pequeño conoció a quien sería su gran socio a lo desprendido de su carrera: Pedro Ochoa. Juntos se ocuparon de enloquecer a todas las defensas que se les pusieron por delante.

Pantalonazo, como lo apodaban sus compañeros, ganó con la camiseta celeste y blanca los títulos de 1917, de 1918, de 1919, de 1921 y de 1925. Además, se consagró en la Copa Aldao de 1917 y de 1918, en la Copa de Honor de 1917, en la Copa Ibarguren de 1917 y de 1918, en la Copa Beccar Varela de 1932 y en la Copa Competencia de 1933. En cada una de esas conquistas, tuvo un rol protagónico. Tan identificado estaba este punta con la Academia que, en alguna entrevista, explicó: “la blanca y celeste yo nunca me la saqué porque, cuando jugaba en River, llevaba debajo la camiseta de Racing”. 

Además, gracias a su talento, fue convocado muchas veces a la Selección. Formó parte del plantel doméstico que ganó el Sudamericano de 1927 en Lima. También jugó en los Juegos Olímpicos de Amsterdam en 1928 y en el Mundial de 1930 en Uruguay. Pasó por Temperley y por River pero en ningún costado cosechó tantas alegrías como en Avellaneda.

Perinetti falleció el 24 de mayo de 1985 y hoy, aniversario en la que se cumple un nuevo aniversario de su partida física, Racing lo recuerda con el cariño y el orgullo que merece la memoria de todas aquellas personas que contribuyeron a construir la gloria de estos colores que tanto amamos.

(Prensa Racing Club) 

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