Carlos Gardel, el primer ícono global

Racing

El primer ícono global

Adelantado a su tiempo, Carlos Gardel, símbolo mayor de la Academia, fue precursor en trascendencia mundial y permanencia en el recuerdo. A 86 años de su fallecimiento, su evocación se renueva como en cada día.

Está en cada partido en el Cilindro, sentado en su asiento del Sector A de plateas. Es uno de los mayores símbolos del Club, resistente al tiempo y evocado sin cansancio más allá de camisetas y simpatías por determinados colores. Porque antes del mundo global y con conexiones sin fronteras ni horas, Carlos Gardel fue ícono adelantado a sus días, como luego lo serían Diego y Leo… A 86 años de su muerte prematura en un accidente de aviación en Medellín, Colombia, su recuerdo surge espontáneo porque el Zorzal Criollo sigue ahí, al alcance de todos y todas.

Gardel, figura determinante en la historia del tango, grabó cerca de 800 canciones de diversos géneros musicales y filmó más de una decena de películas, entre ellas Las luces de Buenos Aires, El día que me quieras y Tango bar. Pero siempre, en cualquier circunstancia, la voz que fue registrada en 2003 por la Unesco en el programa Memoria del Mundo, para que pasara a integrar la lista de patrimonios de la humanidad, encontró huecos para disfrutar del fútbol. Por ejemplo, en 1928 compartió unos días junto a la Selección que viajó a los Juegos Olímpicos de Amsterdam y, además, fue varias veces a ver al Barcelona para acompañar a sus amigos José Samitier y Ricardo Zamora, dos grandísimos jugadores del club catalán. Pero su lazo con Racing lo identifica sin confusiones, más allá de disputas con los hermanos uruguayos acerca del territorio donde Gardel nació (lo ubican en Tacuarembó, como en Francia lo detectan en Toulouse) y del equipo al cual adhirió (Nacional y Peñarol sostienen otro clásico en ese terreno).

Racing lo enamoró desde chico y dejó tributo de su pasión académica en el tango Patadura, en cuyos versos dice: “Y ser como Ochoíta, el crack de la afición… Hacer como Ochoíta, de media cancha un gol”. Ochoíta, claro está, era Pedro Ochoa, crack de los primeros años de la historia del club, tres veces campeón (1919, 21 y 25). Las estrofas se prolongan, adaptables a épocas y personajes diferentes. El Zorzal Criollo bien podría haber dicho lo mismo de tantos otros que, año tras año, vistieron los mismos colores. No caben dudas: Gardel cada día canta mejor y su voz se transforma en aliento sin cesar…(Prensa Racing Club)

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