El Tano Spinelli es un tipo analítico y que además no suele guardarse para sí mismo aquellas conclusiones a las que llega como resultado de su pensamiento o de su trabajo. Resultaba improbable entonces la suposición de que quien comanda el fútbol femenino del club no tendría nada para expresar tras un año como el que pasó tanto por las retinas como por los corazones de las personas, mientras se empieza a pensar en un 2021 con luz propia a pesar de las sombras que amenazan con cubrirlo. «No se debe perder el carácter de la planificación, pero hay que disfrutar mucho más de lo que sucede en el día a día porque no sabemos lo que nos puede suceder mañana», dice el DT en uno de los tantos momentos introspectivos que tendría la charla junto al sitio oficial. Y es que según Spinelli de eso se trata todo de aquí en adelante: seguir pensando en grande y apuntando hacia el infinito, pero entendiendo que la finitud de las cosas está presente. De esta forma es entendible acceder a la lógica de pensamiento mediante la cual el técnico del equipo profesional femenino cree con argumento sólidos que sus dirigidas pueden discutirle de igual a igual el trono a los equipos líderes de la categoría o meterse en una Libertadores sin que esto suene a una utopía, al mismo tiempo que plantea el hecho de prestarle atención al disfrute cotidiano de los pequeños hechos o sensaciones que forman y transforman a los seres humanos. Sueños y realidades que le dan sentido a la vida, ni más ni menos.
-Más allá de lo reciente del cierre del año, ¿Qué balance hacés en retrospectiva del 2020 desde lo deportivo?
– El balance que hago del año que terminó en lo deportivo tengo que dividirlo en dos partes. La primera resulta muy importante de remarcar, porque parece que lo que voy a mencionar sucedió hace muchísimo tiempo, pero no fue así. Nosotros comenzamos el 2020 yendo con un equipo juvenil Sub 16 campeón a nivel nacional que fue a jugar una Copa Libertadores en la Liga Desarrollo en Paraguay. Ahí hicimos un muy buen torneo y después, con el equipo de Primera División pudimos meternos entre los mejores ocho por segundo año consecutivo para luego poder jugar la Zona Campeonato del torneo, que luego por la proliferación pandémica del covid y el posterior aislamiento social se suspendió y no llegó a disputarse. Y la segunda parte comenzó con la ida de varias jugadoras que habían resultado muy importantes en la estructura del equipo como Milagros Menéndez o Belén Spenig y a su vez, el rearmado de un nuevo plantel con la base sólida que había quedado y con el objetivo de igualar o mejorar la performance que se había alcanzado de manera previa. Y dentro de nuestra búsqueda incesante de meter a Racing entre los cuatro mejores, estuvimos muy cerca. Terminamos en la quinta posición, jugamos los cuartos de final del último torneo ante San Lorenzo y la verdad es que luego de un partido que fue parejo nos tocó quedar afuera dentro de una situación más lúdica dentro del juego como lo son los penales, en los que un equipo tiene que ganar sí o sí. De esta forma el rival pudo pasar a la semifinales, que era quizás el objetivo que anhelábamos cuando comenzó nuestra pretemporada el 28 de septiembre. Pero creo que en resumen fuimos un equipo competitivo y que logró estar a la altura de la exigencia a pesar de todo lo que ocurrió en el 2020. Y pensando en lo que se los objetivos que tendremos por delante en este año que acaba de empezar, ese es un gran punto de partida para mirar hacia adelante.
-¿Cómo transitó el plantel lo que significó el desafío inédito de tener que adaptarse al contexto de un día a día en medio de la pandemia?
– Y…fue difícil el adaptarse al contexto de la pandemia y a a la posterior nueva normalidad del trabajo dentro de ese marco. Durante los primeros meses fue difícil el hecho de estar encerrados, pero igualmente se le pudo encontrar la vuelta. Pero luego de ese tiempo inicial, cuando el torneo de la primera mitad del 2020 se suspendió y hubo que apuntar al rearmado del plantel para esta temporada, nos pusimos esa meta como algo primordial desde la dirección del área. Y una vez que comenzaron las tareas de pretemporada fue todo un aprendizaje y una adaptación constante. Primero se comenzó trabajando en grupos pequeños, luego en otros cada vez más grandes y más tarde ya se lo pudo hacer con todo el plantel completo en un mismo grupo. Pero no fue fácil la puesta a punto. Recordemos que en su gran mayoría el contexto para las futbolistas fue de seis meses sin realizar tareas que tuvieran que ver con la práctica deportiva de alta competencia. Lo bueno dentro de este marco general dentro del plantel no hubo lesiones musculares durante la preparación o que se debieran al gran parate previo, ni tampoco tuvimos que padecer luego de alguna jugadora infectada con coronavirus a lo largo del campeonato. Por eso creo que el balance general es más que positivo si se analizan todas las circunstancias que acabo de mencionar.
-¿Cuáles fueron a tu entender las fortalezas con las que contó el equipo para volver a mostrar en líneas generales un buen nivel adentro de la cancha?
– Sin dudas pasan por el espíritu competitivo. Esa búsqueda incesante de siempre querer ir por más y de no conformarse con lo obtenido. Y en este caso menciono en un párrafo aparte y subrayo además la predisposición, tenacidad y la personalidad de las jugadoras que tenemos. Porque a pesar de la partida de algunas y la llegada de otras nuevas, la esencia no cambió: Racing es un bloque sólido que dentro del campo de juego sabe lo quen quiere y lucha con todas su fuerzas para lograr sus objetivos. Por eso también el fútbol femenino de la institución ha logrado un crecimimiento semejante en tan poco tiempo. Y por eso también demuestra estar a la altura siempre quer tiene que competir. Yo creo que este es el camino correcto. Por eso si mantenemos estas fortalezas y las prolongamos a lo largo del tiempo, al equipo se le van a dar los resultados que ambiciona.
-Sos un tipo muy crítico con respecto a los aspectos en los que hay que enfatizar el trabajo con vistas al futuro inmediato. ¿En qué aspectos considerás que es imprescindible mejorar para aspirar a subir ese escalón que tantas veces mencionaste a lo largo de los últimos meses?
– Considero que lo imprescindible es seguir mejorando. Y no lo digo como una frase hecha que suena linda, sino como un sentido de la convicción apoyado en una idea fundamental. Creo que debemos apuntar a trabajar en algunos aspectos puntuales que refieren a pequeñas ventajas que por ahí todavía sigue existiendo en el lote de los que compiten para ser campeones y nosotros que estamos en vías de eso, cada vez más cerca. En este contexto hay situaciones a corregir y a mejorar con respecto a un análisis más profundo que se evalúa junto al cuerpo técnico y a las jugadoras, pero que pertenece más a la intimidad del grupo y al trabajo diario. Lo que sí puedo destacar es que nosotros ya sabemos por donde tenemos que ir y que tenemos que atacar para resolver éstas cuestiones dentro de la inmediatez de la competencia. Somos conscientes de que tenemos cosas en las que se debe mejorar y lo importante es que sabemos cuales son. Ahora restará comenzar a trabajar en como hacerlo y de que manera lograr que esto se de en el menor tiempo posible, para que Racing sea un equipo cada vez más competitivo y protagonista.
-¿Cómo fue acostumbrarse a trabajar en medio de una pandemia? Te pregunto esa visión personal al ser la cabeza del grupo…
– No fue fácil. En el caso mío no sufrí el hecho de lo que significó el aislamiento. Yo trabajo también como profesor y puse seguir con mis actividades, más allá de adaptarlas al contexto virtual y de no contar con la opción de seguir con la presencialidad a la que se acostumbraba. Además pude observa mucho fútbol para estudiar las alternativas con las que contábamos a la hora de incorporar a nuevas jugadoras. Fue bastante particular el contexto dentro del cual hubo que manejarse durante el pasado mercado de pases, con la imposibilidad de ver a las futbolistas en el campo de juego y el hecho de tener que observarlas a través de videos y de partidos completos que ya se habían disputado con anterioridad. Se hizo un trabajo exhaustivo dentro de ese contexto, pero hubo que adaptarse y ese fue todo un desafío. Además y como algo más personal tuve momentos de introspección en los que contécon la posibilidad de analizar desde como se había dado mi llegada a la institución hasta como se habían dado las cosas desde ese momento hasta el punto en que comenzaba mi análisis. Esto me permitió identificar muchas situaciones que quizás en su momento no había tenido en cuenta y también pude darme cuenta de varios aspectos en los cuales debía mejorar como entrenador, tanto en la faceta individual como también en la relacionada a lo grupal, como en la faceta táctica, técnica y otras fundamentales para la tarea que cumple un DT. Trabajar bajo la pandemia me permitió poder llegar a mirar y analizar en perspectiva orientada hacia mi trabajo y también a otros aspectos de mi vida personal, claro está. Traté de ver el vaso medio lleno dentro de esta circunstancia en vez de quedarme con la mitad del vaso medio vacío. Intenté sacarle provecho para mi propio bien a nivel humano, más allá de lo que ya destaqué antes y que fue relativo a mejorar desde mi actividad como técnico.
-¿Pensás que las jugadoras pudieron adaptarse de buena manera desde lo emocional y desde lo físico a este nuevo contexto con el que van a tener que seguir lidiando durante este año?
– Creo que no resultó sencillo ni para los que componemos el cuerpo técnico ni para las jugadoras, principalmente, el hecho de adaptarse a este contexto. Creo que cuando todas las personas levantamos nuestras copas y brindamos pensando en el 2020 nunca presagiamos ni por asomo que podía pasar algo así como lo que luego sucedió. No estaba en los planes de nadie y fue algo que trastocó la vida de las personas, así como sus emociones. No pasa solo por el cuerpo sino que también modifica la cabeza. Esta pandemia fue y es una crisis que azota al mundo entero, por lo que nadie quedo exento de sufrir sus consecuencias. Y antes que ser yo el entrenador o ellas las jugadoras, por ejemplo, somos fundamentalmente personas. Por eso esto fue algo que nos afectó de manera generalizada. Creo que quizás a algunas de las chicas les costó más que a otras el sobrellevar la situación, pero en líneas generales nosotros sentimos que como grupo y como equipo las futbolistas respondieron muy bien. La verdad es que no se sintió tanto el cimbronazo que había significado el hecho de pasar tantos meses sin competir, al igual que la ansiedad que había en la mayoría de ellas al respecto de la vuelta a la competencia. Lo asimilaron bastante bien y además tras la vuelta a la actividad trabajamos muchísimo en la realización de una adaptación paulatina a la actividad, para que ninguna sintiera el cambio brusco que significaba pasar de un extremo al otro.
-¿Con qué objetivos planificás el año de competencia para este 2021?
– Primero habrá que ver como sigue el desarrollo de la pandemia, para entender que contexto nos toca atravesar. Lamentablememnte el virus está recrudeciendo de nuevo y con valores que están en aumentando. Eso es algo que sinceramente me preocupa. Obviamente no sabemos tampoco que puede llegar a pasar con el fútbol en general y en el caso del campeonato femenino habría que despejar interrogantes que desconocemos. Hoy, por ejemplo, no tenemos claro cuando estaríamos arrancando. Se habla de mediados de marzo, pero el torneo todavía no está oficializado. Igualmente y más allá de que en algún momento se confirmen estas aristas, nosotros siempre vamos a aspirar a meter a Racing entre los cuatro mejores equipos. Y por que no ambicionar con un podio o inclusive con el hecho de pelear palmo a palmo con las históricas potencias de la división. Desde nuestro lugar seguimos soñando con que Racing pueda jugar una Copa Libertadores con la Primera División, como ya lo hizo con la Sub 16. No sé si será para el 2021, pero uno trabaja de manera incesante para poder llegar a ese objetivo.
-¿Cuáles serán entonces los aspectos en los que se piensa enfatizar el trabajo para reforzar esa idea de achicar cada vez más la brecha con los equipos líderes?
– Nosotros sabemos que para achicar la brecha con los equipos que hoy por hoy están en lo más alto debemos mejorar en lo que respecta a la intensidad de nuestro juego así como también en la eficacia a la hora de la toma de decisiones, ya que estos equipos no te perdonan las equivocaciones, ya sea en la faceta ofensiva como en la defensiva. Por eso tenemos que lograr poder competir contra ellos a lo largo de los 90 minutos y no de a ratos. Debemos buscar que a través de los entrenamientos se logre que la jugadora mejores en los aspectos técnicos y tácticos, tanto en el plano individual como en el colectivo, para que llegue a esos niveles de eficacia que tienen las que integran los planteles que en la actualidad forman parte de la vanguardia del fútbol femenino.
-¿Crées que el 2020 te dejó alguna enseñanza tanto a vos como a las jugadoras a nivel personal y/o grupal? ¿Cuál o cuáles fueron?
– Me parece que ha sido lo que nos pasa un poco a todos los entrenadores, que solemos vivir planificando o pensando siempre en el mañana y esta metodología hace que uno quizás no se permita ni siquiera el goce o el disfrute pleno del post partido, de lo que significa el hecho de ganar o de lograr un objetivo importante, porque inmediatamente ya se comienza a pensar en la semana que se viene, en que hay que volver a competir o en la temporada siguiente con su planificación. Y todas esas cosas hacen que no se pueda disfrutar de manera plena del momento único e irrepetible en el que se consigue algo puntual, sea lo que sea que se logre. Noto que siempre estamos pensando en un paso más allá y me parece que la pandemia de este virus nos hizo replantearnos todo eso. Pensemos por ejemplo que un mes antes de que comenzara el aislamiento social nuestras juveniles estaban jugando una Copa Libertadores en Paraguay. Entonces me parece que lo que nos dejó el año que pasó a modo de enseñanza o de aprendizaje debido a la pandemia es que se debe entender el concepto de poder disfrutar y de vivir más el hoy, el momento presente. Hay que permitirse el hecho de poder disfrutar más y en este caso, entender también que el fútbol no deja de ser un juego. A veces lo tomamos como una cosa de vida o muerte y no es así. Debería de haber una especie de gris para no tener que caer en ese extremo. Y más allá de que los entrenadores vivimos planificando porque está un poco tanto en nuestro ADN como en nuestro sentir y porque tomamos a ese aspecto como uno de los elementos importantes dentro de nuestra profesión, creo que esta situación nos planteó el hecho de que nos podamos decir a nosotros mismos «ojo como planificás y que es lo que planificás, porque de repente puede llegar un evento que te trastoque o te modifique todo lo que tenías organizado». Por eso creo que el aprendizaje que debe quedar de todo esto radica en que si bien no se debe perder el carácter de la planificación, hay que disfrutar mucho más de lo que sucede en el día a día porque no sabemos lo que nos puede suceder mañana.
(Prensa Racing Club)
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