Racing Club: ¡Vamos arriba!

Racing

No hay cambios porque, más que una tendencia, es una convicción. Racing se repite a sí mismo y eso hay que celebrarlo. Con prescindencia del rival y de la condición, el equipo conserva la fidelidad a una idea: la pelota no se cede, la circulación no es un asunto transitorio, la paciencia para encontrar el huevo y sostener las ideas a pesar de los esquemas ajenos que reducen espacios y apuntan a una contra tampoco se altera.

Unión fue una medida de valor porque, si bien cuidó su zona, no asumió la custodia de los últimos 30 metros como una zona de refugio. Las dos líneas de cuatro de los santafesinos poblaron el medio y confiaron en una captura para la salida rápida. No sucedió con frecuencia porque Racing, en las pérdidas esporádicas, se movió con coordinación para recuperar sin demoras para anular la réplica de Unión y retomar de inmediato sus avances. El gol (remate de Fabricio Domínguez y toque de Enzo Copetti para desviar el disparo) nació de la presión que en Racing fluye con naturalidad.

El rival juega y una prueba de eso se verificó en el segundo tiempo, cuando Unión abandonó el bloque bajo, discutió la tenencia en el medio y, gracias a su despliegue -es un atributo de esta formación- llevó a Racing a campo propio. Aun con dificultad para desarrollar las secuencias de pases que sí se vio en el primer tiempo, Racing pudo haber convertido para asegurar el triunfo con más distancia. Dos veces Mele tapó remates, uno a Alcaraz y otro a Miranda, y un cabezazo de Sigali salió apenas desviado. Unión, con el recurso del juego por aire, apenas pudo registrar un toque de Peralta Bauer que Gastón Gómez controló contra el palo izquierdo

Racing supo adaptarse a circunstancias diferentes, las que se dieron en la segunda parte. Pese a eso, la victoria quedó donde estar.

Foto: Fabián de Ciria.
 

(Prensa Racing Club)