Racing Club: Se trabó en la segunda

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No es la primera vez que le ocurre en este año: a Racing le ceden la posesión, sobre todo en el Cilindro, y le reducen los espacios cerca del arco ajeno. Entonces la tarea resulta sencilla de adivinar: tiene que armarse de paciencia para que la circulación fluya a la espera de que se generen espacios. Le costó en el primer tiempo abrir huecos, tanto que el par de ocasiones que pudo elaborar llegaron de dos maniobras individuales de Matías Rojas que concluyeron con zurdazos desde posiciones exteriores, ambos pegados al palo izquierdo de Ojeda.

No se le puede reprochar al equipo ausencia de determinación para insistir en la búsqueda con pelota al piso. Un par de veces hilvanó una cadena desde la salida misma y pudo progresar a fondo, pero la población de piernas que estableció Platense no fue sencilla de vulnerar. Y es en ese aspecto que surge la necesidad de rompimientos verticales o mano a mano, algo de lo que no dispuso en cantidad.

En la segunda parte se acentuaron las dificultades porque Platense aumentó su repliegue, casi sin salir de contra salvo un par de despegues por las bandas, y con la idea de apostar a una pelota parada. El pleno lo pegó con balón en movimiento a la salida de un córner, a los 22 minutos, cuando Lamberti tomó un despeje y le pegó sin demasiada fuerza. Lo que era un situación de fácil control se complicó con un desvío que descolocó a Gabriel Arias, quien no pudo tapar el tiro pese a que reaccionó y logró cambiar de paso (había arrancado su carrera hacia el palo izquierdo, hacia donde iba el remate que torció su rumbo).

Centros, tiros desde afuera, ímpetu… Racing no se cansó de insistir para impedir la derrota. Pero, apurado y sin claridad, quedó atrapado.

Foto: Paola Lara

(Prensa Racing Club)