La demanda alta, como corresponde a Racing, exige triunfo en la mayoría de las presentaciones. El año 2022 fue pródigo en ejemplos… Sin embargo, cuando una racha negativa se hace profunda, el reparto de puntos -según el contexto- adquiere un valor mayor que lo que marca la unidad conseguida. El 1-1 en la visita a Defensa y Justicia encuadra en la tipificación. Porque se logró ante un rival más que respetable, que sostiene pelea por el segundo lugar de la tabla y que cuenta con un perfil de juego bien definido, emparentado con el que Racing asumió en el ciclo de Fernando Gago. Y se selló, además, luego de una desventaja sufrida en el cierre del primer tiempo, una circunstancia que suele afectar de manera relevante a quienes la padecen.
Racing, además, mostró evolución en el orden, en el repliegue y la cobertura de los espacios cercanos a Gabriel Arias, con un esquema similar al usado en la victoria ante Aucas, en Quito, por la Copa Libertadores. Es cierto que en el primer tiempo faltó fluidez y presencia continua en ataque. Pero en la segunda parte eso se modifícó, más allá de la necesidad de restablecer la paridad en el marcador y de que el local de quedara con un hombre menos a raíz de la expulsión de Escalante (ocurrió a los 8m del segundo tiempo, pero debería haber sucedido a los 8 del primero por la violenta infracción a Facundo Mura, que el VAR omitió para revisar). Racing recuperó reflejos para la circulación y para posicionarse en campo ajeno, sin ceder huecos para contras.
El cabezazo de Moreno, una reivindicación luego del pase impreciso que abrió camino al gol de Defensa y Justicia, puso las cosas en su lugar, que incluso podrían haber quedado aún mejor con un disparo del volante y otro de Gabriel Hauche, ambos de peligro. El punto sirve, sin dudas, porque se toma como la ratificación de la recuperación comenzada en Ecuador.
(Prensa Racing Club)
