El reparto fue impropio del desarrollo. Porque Racing controló los 90 minutos, porque monopolizó la pelota y porque Sebastián Meza fue, con nueve intervenciones decisivas, el obstáculo repetido al gol.
Racing cumplió con lo que ya se le reconoce como estilo: la posesión, que no tuvo fisuras porque Sarmiento decidió de inmediato jugar en su propio campo para cortar y jugar de manera directa al espacio, le aseguró la circulación. Pero en el primer tiempo a ese requisito le faltó otro, que Fernando Gago reclamó con insistencia desde el banco. El DT detectó bien que al equipo le faltaba velocidad en el último tercio y, sumado eso, más amplitud. Porque el control, en general, terminó muchas veces con pases al centro desde una posición interior.
Si la acumulación de situaciones marcase un mérito, sin dudas Racing debió haberse llevado algo en ese primer capítulo, porque Emiliano Vecchio tuvo un cabezazo en el centro del área que Meza detuvo en dos tiempos y porque dos remates exteriores -un buen recurso ante un bloque cerrado como el que ensayó el local- estuvieron a punto de terminar dentro del arco. Los dos fueron sobre el cierre de la etapa y desde la misma posición, por el centro, a unos 20 metros de la meta. Meza, con mucho esfuerzo, se los desvió al córner a Aníbal Moreno y a Vecchio.
Habrá que revisar, sí, algunos desajustes individuales. Porque otra vez una distracción puso a Racing en desventaja en un ataque rival que no llevaba riesgo. Facundo Mura, con espacio y tiempo, no atendió una carga lícita de Lisandro López, no tomó la zona y Licha encontró el hueco para poner la pelota en el medio del área. La sanción del penal a cargo de Pablo Echavarría, con VAR mediante, fue un exceso: Emiliano Insúa tenía su mano izquierda, donde rebotó la pelota, cerca de una pierna. Esa dupla ya había funcionado en perjuicio de Racing en la última maniobra de los primeros 45 minutos, cuando un codazo de Quintero en la cara de Copetti, dentro del cuadro grande, debió haberse sancionado con penal.
Sarmiento era un ejemplo de insólita eficacia. Porque sin ningún avance a fondo estaba 1-0. Y Racing cargó aún más la zona de los juninenses. Meza se lo tapó a Mura, Méndez lo hizo, casi en la línea, con un disparo de Insúa… hasta que un centro de Gabriel Hauche sirvió para un exquisito cabezazo de Enzo Copetti y el 1-1. Fernando Gago, que ya había movido la formación (Hauche por Carbonero, Jonatan Gómez por Leonel Miranda y Eugenio Mena por Gonzalo Piovi), reforzó con Edwin Cardona (por Moreno) y Maximiliano Romero (por Mura).
Con tres en el fondo, las bandas con Chancalay y Cardona, el eje con Vecchio y Gómez y la delantera distribuida entre Hauche, Copetti y Romero, Racing acumuló situaciones que fueron frustradas por Meza: lo hizo dos veces ante Romero, una con Sigali y en un tiro libre a Cardona. El Demonio, en una media vuelta pegada al palo izquierdo, también quedó con el grito en la garganta.
Luego de dos derrotas afuera, un punto parece interrumpir esa sequía. La observación y en análisis del juego hacen que tenga sabor a poco.
Fotos: Fabián De Ciria.
(Prensa Racing Club)