La Copa Argentina, un certamen instalado desde 2011-12, parece esquiva para Racing. El repaso del recorrido en cada edición, incluso en la de aquella final inicial, lo certifica. Y esta noche, en los octavos de final frente a Huracán, la sensación quedó reforzada. La derrota (3-5) no sólo duele por el resultado en sí mismo, que anula una de las dos competencias en manos del plantel en lo que resta de 2023: la frustración crece por un desarrollo en el que siempre Racing corrió de atrás porque sus fallas en defensa lo llevaron a esa incomodidad extrema.
El primer tiempo se puede resumir en la sentencia «Tres tiros, tres goles». Con endeblez defensiva, Racing fue presa mansa para Huracán. Tres errores individuales le dieron al rival ventaja en cada avance a fondo que concluyó con un remate al arco. En el mismo inicio, un mal control de Jonatan Gómez en posición de volante central cercano a la zaga, permitió la presión alta de Carrizo, la recuperación de balón, una corta carrera y un disparo fuerte y al ras que derivó en el 0-1. Apenas un cuarto de hora después, a los 21, Huracán movió la pelota hasta encontrar ocasión de lanzamiento: pelotazo de Fattori desde la izquierda para la proyección de Souto, reacción demorada de Baltasar Rodríguez en el retroceso con su marca, recepción del lateral derecho rival y remate dentro del área para el 0-2. El descuento de Oroz, un golón por su derechazo alto y en comba desde la izquierda, generó esperanza de recuperación. Se vio algo, poco, del Racing que suele dominar con la circulación y el posicionamiento en la ampltud del campo. Pero otra vez, las propias equivocaciones derrumbaron la ilusión: otro pase de largo recorrido desde la izquierda, esta vez por Fértoli, a favor de la excursión de Benítez, el marcador de punta izquierda. No respondió con rapidez Martirena ni, mucho menos, Tagliamonte en el achique. Así, con sencillez, el disparo se transformó en el 1-3.
La continuidad, en lo inmediato, no trajo alivio porque prolongó las severas complicaciones del arraque. Al minuto, un centro de Cóccaro desde la derecha cayó cerca del área chica, donde Fértoli superó en el anticipo a Piovi. El 1-4 olía a sentencia prematura, pero Racing raccionó con dos tantos de Romero en 11 minutos. Lejos de tomar eso como un estímulo, Racing no pensó con sosiego pese a contar con más de media hora por delante. Sin contención específica (Roger Martínez, en la reanudación, había reemplazado a Santino Vera, lo que determinó la colocación de Oroz en el centro del campo), otro descuido terminó con la reacción insinuada. Un saque largo de Chaves no fue rechazado por Piovi y la maniobra dio lugar a otro centro de Cóccaro al que Piovi tampoco llegó en el despeje (su salto quedó corto). Pusetto sí puso la cabeza para el 3-5. A esa altura, Huracán representaba un ejemplo notable de eficacia: cinco festejos en igual cantidad de remates al arco adversario.
A Racing se le esfumó otra expectativa de torneo, que además otorgaba pasaporte a la Copa Libertadores. El margen de error, quedó comprobado, se redujo de manera sensible.
(Prensa Racing Club)