Racing Club: Le costó arriba

Racing

Un equipo acostumbrado a darle precisión y velocidad a la pelota, además de ejercer control casi permanente, puede tener una jornada complicada en función de los recursos que exponga el rival. En Arequipa, a 2.300 metros sobre el nivel del mar, Melgar exigió antes por esas circunstancias que por sus atributos. Es cierto, los peruanos supieron sacar provecho de su localía para presionar alto en los primeros 15 minutos, salir en velocidad por las bandas y cargar el área de Racing. Pero eso se potenció porque Racing tuvo que batallar contra el contexto geográfico. Sin fijar condiciones como podría ocurrir -por caso en La Paz-, esa altitud bastó para que la circulación de la Academia se hiciera imprecisa en diferentes distancias: un pase corto quedaba a merced del recobre y uno largo se perdía lejos. Que este Racing sufra tres ocasiones de riesgo en su arco en apenas cinco minutos, los primeros, es indicio de un contexto peculiar. El gol de cabeza de Ibérico fue el quiebre porque, desde entonces, a los 21 minutos del primer tiempo y aun con imperfecciones, Racing se pareció a sí mismo y verificó que si podía encadenar pases, el dominio estaría al alcance.

El golpe de balón siguió como un asunto a considerar. Y eso lo padeció Javier Correa, cuyo derechazo en un tiro penal -no pareció falta a Fabricio Domínguez-, fuerte y al medio, se perdió arriba del travesaño. El punta fue uno de los que más se incomodaron al momento de buscar el toque y el impacto exactos.

Más allá de la necesidad de ir por la igualdad, está claro que Racing asume riesgos y no renuncia a la ambición ofensiva. Fernando Gago no demoró un instante, en la reanudación, en enviar un mensaje certero: el ingreso de Enzo Copetti por Aníbal Moreno suponía poblar el ataque con un definidor y mover las piezas de tal manera que el equilibrio en el medio se lograra con Leonel Miranda como volante central y Facundo Mura subido unos metros. Esa decisión, el achique hacia adelante y, sobre todo, el esfuerzo físico fueron elementos de los que Racing jamás se desentendió, incluso a sabiendas de que Melgar, parado para la contra, apuntaría a las réplicas para lastimar. Los peruanos llegaron de esa manera al aprovechar pérdidas e imprecisiones en el circuito de toque y convirtieron dos veces, la primera -segundo gol de Ibérico- demasiado pronto, a los 6 minutos del segundo tiempo, como para agregar otro factor adverso.

El 0-3, extraño para el nivel de este 2022 de la Academia, no intimidó ni redujo pretensiones. El descuento de Correa se proyecta con valor en función de una eventual evaluación de la diferencia de gol. Pero Racing no piensa en eso, sino en el regreso inmediato al camino que mejor transita.
 

(Prensa Racing Club)