Racing Club: La noche inolvidable

Racing

Sin urgencias, mucho menos sin temores. Racing estuvo convencido de la manera en que debía acomodarse al clásico. Porque cuando debió alterar su modo habitual, el de pararse de manera constante en campo ajeno, supo adaptarse a una circunstancia que se extendió durante un cuarto de hora y en la que mucho influyó la ventaja prematura conseguida con el gol de Gabriel Hauche luego de una corrida notable de Tomás Chancalay por izquierda y un remate en el palo que Gaby recogió de zurda para mandar a la red.

Si Independiente, antes de ese episodio a los 3 minutos, había insinuado presión alta para cortar la circulación y la posesión de Racing, eso se acentuó con la exigencia del empate. Y Racing aprovechó para exponer otras virtudes: coordinación con las líneas juntas, bloqueos defensivos (el local apenas preocupó con un remate de Romero desde 25 metros que Gastón Gómez resolvió por arriba) y salida veloz en contras. Dos veces funcionó la salida vertical de Chancalay y una un disparo externo de Alcaraz en ocasiones que podrían haber aumentado la ventaja. Antes de la media hora, Racing retomó su partitura con el eje Aníbal Moreno-Leonel Miranda para que el tiempo del partido se dictara a placer.

El segundo tiempo también ejemplificó acerca de las circunstancias del juego en todos los sentidos. Independiente cambió la tendencia con el ingreso de González, Racing se desarticuló porque tuvo poco contacto con la pelota, pasó sobresaltos luego del 1-1 (zurdazo desde afuera de González) con dos definiciones de Benegas (una en un palo y la otra tapada por Chila), pero se apoyó en el respaldo de Gómez y la defensa. Gago metió mano acorde a los dictaba el juego y reforzó el medio (entraron Martínez, Nery y Fabricio Domínguez, Rojas y Jonatan Gómez). A los 30 minutos las zozobras habían quedado atrás y otra vez Racing dispuso del control. 

Con un tiempo para cada uno y un Patricio Loustau de amarilla generosa sólo para la Academia (amonestó a cinco jugadores, incluido Fernando Prado en el banco, sin detenerse en la aspereza local), Racing podría haber saldado el clásico con la conformidad del reparto. Fernando Gago había anticipado, el viernes, la permanente determinación de buscar los tres puntos. Y así fue: Gonzalo Piovi completó una noche de alta eficacia con un centro exacto que Facundo Mura, el lateral derecho también en el área ajena, le bajó de cabeza -asistencia gourmet- a Enzo Copetti para el toque al gol.

Racing encontró lo que buscó: nunca dejó de pensar en que el clásico quedaría en sus manos.

Fotos: Fabián de Ciria y Paola Lara.
 

(Prensa Racing Club)
 

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