Fue la prolongación del muy buen primer tiempo desarrollado en Florencio Varela, cuando Racing dominó la mayor parte del tiempo a una sólida formación colectiva como Defensa y Justicia. Y fue, probablemente, el mejor capítulo de inicio del ciclo de Fernando Gago. Racing dominó a voluntad con rapidez, presión en la zona media, recuperación constante, conexiones prolijas y precisión para explotar con pases exactos los espacios que Argentinos dejaba con el achique de su última línea. El equipo de Gabriel Milito también sirve para la consideración de lo que hizo Racing: es un conjunto con despliegue sostenido, ancho con sus volantes externos y rápido para los avances. Pese a ese católogo, Racing lo llevó a su fase más incómoda, la de correr detrás de la pelota, con apuro, con pocas chances de recuperarla.
El golazo de Javier Correa, con un toque para pinchar la bola luego de la asistencia de Edwin Cardona, fue la exposición mínima de varias ocasiones: hubo otra de Correa desde afuera, una de Hauche que tapó Lanzillota, otra que le frustró a Copetti y una definición del 9, en el área chica, que se perdió por arriba. Argentinos debió conformarse con un disparo de Ávalos que tapó Chila Gómez.
¿Caída de tensión en el segundo tiempo? En absoluto: Racing subió el voltaje y lo que había sido control casi sin fisuras devino en una supremacía absoluta que incluyó pases exactos en velocidad, recobres cerca del área adversaria ocasiones numerosas (cuatro nítidas además de los dos goles en la etapa) y lujos en las combinaciones y definiciones.
Racing encontró la sintonía fina que buscaba y la expuso de principio a fin.
Fotos: Paola Lara.
(Prensa Racing Club)