Difícil de explicar a la luz de todas las circunstancias favorables para Racing. Porque se puso en ventaja antes de la primera mitad de la etapa de incio, porque tuvo juego y dominio absoluto en ese capítulo, porque acumuló repetidas ocasiones para hacer de ese 1-0 un resultado indescontable… Pero la ineficacia ante el arco ajeno tiene un alto costo: Barracas Central, a tiro de empate, hizo lo que mejor sabe. Con una maniobra preparada a seis minutos del cierre, un tiro libre ejecutado con cuatro toques terminó con la pelota descargada al área chica de Tagliamonte (había reemplazado a Arias, golpeado en la cabeza), con marcas perdidas (Piovi y Nardoni no pudieron en los duelos individuales) y acabó en una definición de Álvarez. Dos puntos perdidos que podrían haberle dado continuidad a la cadena de victorias y reforzado la suma para la tabla general con perspectivas de torneos internacionales.
En el primer tiempo Racing desarticuló la presión media de Barracas Central con pase fluido. El visitante puso cinco volantes con dinámica para trabar la circulación y salir rápido, pero Racing no se desesperó para asegurar la tenencia y equiparó la población en el medio con el achique de la defensa. El 1-0 fue corto y de eso hubo evidencia inmediata, porque al minuto Desábato la tapó, cara a cara, un disparo a Romero. No fue el único avance nítido: al gol de Moreno, con un cabezazo como culminación de una maniobra con hilván para abrir espacios se le sumaron un remate de Hauche en el palo izquierdo, dos centros al área chica que no pudieron empujar Oroz y Hauche y otro mano a mano que Debásato frustró ante Rojas y de cuya continuidad Hauche definió apenas desviado. Mucha superioridad para poca ventaja…
La segunda parte empezó como había terminado la primera: una carrera de 30 metros de Romero, sin oposición, se evaporó con un remate tapado por Desábato. Barracas Central, poco después, tuvo su segunda chance en un desarrollo que le era totalmente desfavorable en la jugada que le dejó a Arias un golpe en la cabeza al impedir el gol. Racing no pasaba sobresaltos más allá de que no acertaba en la definición y de que Barracas Central apostaba a la pelota larga, en general parada, para sostener su ilusión. Los dos hechos confluyeron: Racing no metió el segundo y el rival sí lo hizo en una de las pocas generadas. No hay muchas más explicaciones a lo insólito.
(Prensa Racing Club)