Racing Club: Chilena, chilena…

Racing

Gabriel Hauche acostumbra a estas cosas: a hacerle goles a Independiente (una media de un festejo cada dos clásicos), a dejar la piel y, también, a reconocer a otros que también hicieron su aporte a la gloria. Presente en la previa para recibir un agasajo con plaqueta y camiseta, el Demonio, con su estupenda chilena, rindió tributo al chileno Marcelo Díaz, que también sabe de celebraciones.

No hubo equivalencias. Porque en el primer tiempo fue todo de Racing; desde la postura en campo, el control de pelota y la firme decisión de tomar el partido de las solapas y sacudirlo a fuera de juego. Racing tuvo una marcha más y recorrió las bandas para darle profundidas y amplitud a los ataques.

El golazo de chilena de Gabriel Hauche, a los 8 minutos, fue consecuencia inmediata de la supremacía y anticipo de lo que habría de suceder en la continuidad, con un derechazo de Tomás Chancalay apenas desviado, un remate de Hauche que tapó Sosa y otro disparo de Chanca que Laso interrumpió en el medio del área chica cuando la pelota iba al fondo del arco. En el medio estuvo la chance de liquidar prematuramente el clásico, con el penal ejecutado por Enzo Copetti (a falta de Laso sobre Emiliano Vecchio) que rebotó en el palo derecho. Independiente, de manera permanente en la etapa, se redujo a tenues ensayos de juego áreo. 

Entre la urgencia del rival y la estrategia de jugar al espacio a favor de esa necesidad, Racing trabajó en campo propio buena parte del segundo tiempo. Sin Vecchio (se fue con lesión muscular), la formación resignó tenencia y circulación, pero con Jonatan Gómez tuvo salida vertical y en varias ocasiones pudo haber lastimado.

Aun con pelota repartida, Independiente apenas inquietó con dos remates exteriores bien resueltos por Chila Gómez. La falta de equivalencias no menguó pese a eso y quedó en evidencia en la templanza que mostró Racing y en la imposibilidad de Independiente de sacarle provecho a ese reparto en la posesión.

Fue con sangre caliente y la determinación que exige el clásico, como debe ser siempre. Y con precio en el resultado…
 

(Prensa Racing Club)