Racing Club: Así me gusta más

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Satisfacción plena: la definición podría reformularse a partir de la exposición de Racing en la noche del lunes. Se impuso 2-1 a Lanús, el único que llevaba rendimiento ideal, y obtuvo el propósito de recortar la ventaja respecto del puntero, además de retomar el triunfo en el Cilindro con vigencia de las formas. Fue con el estilo que ya está adherido al espíritu.

Fue, con evidencias abundantes, el mejor primer tiempo de los jugados en estas primeras cinco fechas. Y sucedió a despecho de la cantidad de ocasiones favorables para convertir (cuatro, todas con protagonismo de Matías Rojas incluido el golazo de zurda desde 25 metros con leve desvío en Belmonte). Racing tuvo paciencia para circular desde abajo en diferentes direcciones y supo cambiar el sentido y, en especial, la velocidad para complicar seriamente a Lanú, que no llegaba a cubrir los espacios porque el funcionamiento rival no le daba oportunidad. 

A veces, sin embargo, la diferencia en el juego no se refleja en el resultado. Y eso sucedió porque el visitante empató en una maniobra que ni siquiera representó un ataque directo: sucedió en un tiro libre que derivó en una segunda pelota con remate pifiado de Canale y, de ahí, a la media vuelta de Loaiza para un 1-1 ajeno al desarrollo. 

Si esa fue una prueba de carácter, Racing la pasó con alta calificación. Porque si bien Lanús se propuso acortar el territorio, la formación de Fernando Gago se acomodó de inmediato, sin renunciar a la presión alta y a la búsqueda sostenida, con el añadido de la firmeza en defensa. Una cifra retrata el dominio de Racing: salvo con pelota a cargar y una volea desviada de Loaiza en el comienzo de la segunda parte, Lanús fue una expresión reducida en ofensiva.

Había que ganar y se consiguió el objetivo con pleno ejercicio del juego.
 

(Prensa Racing Club)
 

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