Racing recuperó sensaciones positivas porque movió la pelota y, también, porque jugó con fluidez y rapidez. Por eso, al cabo, cortó la racha de ocho cotejos sin victorias y mostró que sus reflejos están activos. Con esos recursos pudo superar la malla tendida por Banfield, superpoblado cerca de su arco, pero con el músculo listo para salir en velocidad cuando recuperaba la pelota en el medio. Eso no sucedió con frecuencia, ya que apenas una vez se acercó con peligro en una carrera de Bisanz, en gambeta a Arias y definición cruzada, que Gabriel Rojas sacó casi en la línea. Fue un hecho infrecuente, ya que Racing, con las conexiones entre Gómez, Oroz y Gabriel Rojas penetró por izquierda y generó desequilibrio. Así llegó el 1-0 con el vínculo Oroz-Gabriel Rojas y Hauche, que definió de primera con un derechazo. La ventaja pudo haber sido mayor con el penal que Matías Rojas no pudo convertir (su zurdazo se fue alto) luego de la infracción de Cambeses a Hauche.
Banfield hizo lo que mejor lo que sale, en la reanudación, para llegar al empate: pelota a cargar y juego áereo, a los que Racing respondió con eficacia salvo en una ocasión que derivó en una media vuelta de Giménez y una estupenda intervención de Arias para frustrar el 1-1. Racing tuvo juego, coraje y determinación para ampliar la diferencia, como en un zurdazo externo de Matías Rojas en el travesaño y una asistencia perfecta de Baltasar Rodríguez que Hauche no llegó a empujar. La volea con sobrepique de Gabriel Rojas, uno de los rendimientos a tope (como Oroz y Gómez), puso el 2-0 y acomodó mejor el resultado al desarrollo.
(Prensa Racing Club)