¡Qué bonita vecindad! | Racing Club

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Luana Muñoz regresó de Estados Unidos, donde cursó la universidad y jugó al fútbol en una exigente competencia, para cumplir su sueño: defender la camiseta Racing, club donde creció, pegado a su casa en el Pasaje Corbatta.

«Racing es mi casa», es una sentencia común entre los y las deportistas surgidos de las entrañas del club; la cuna donde se forman en el camino a la alta competencia, gestan valores de convivencia y respeto y sueñan el disfrute máximo, piel y alma compartidos con los anhelos de hinchas. En Luana Muñoz, el testimonio se verifica sin fisuras y pasa la certificación de domicilio: su casa de toda la vida es una de la hilera del Pasaje Corbatta, en la vereda frente a los accesos del Cilindro.

«Desde muy chica viví en el Pasaje Corbatta y la pasión por Racing la tuve desde entonces, porque también influyó la tradición familiar. Iba a la cancha a la tribuna femenina y jugaba a la pelota en la calle, con Mateo, mi mejor amigo. Cuando tocaba partido de noche, era muy lindo, jugábamos e imaginábamos el partido que después le iba a tocar al equipo. Eso era apenas algo de mi vida con Racing, porque después el vínculo se reforzaba con la pileta, el quincho… En realidad, yo era algo insoportable, todo el día con la pelota y Racing, jaaa», recuerda con más de una sonrisa.

El 22 lo tiene en el DNI porque su fecha de nacimiento es el 22/1/1999 y no duda en afirmar que «la identificación con Diego Milito me genera mucho amor». Su formación, pese a su ADN, no estuvo en la Academia, sino que la secuencia tiene eslabones en River, UAI Urquiza, Tyler Junior College y la Universidad Texas Tech, un camino que esta defensora central zurda replicó en las selecciones juveniles de AFA.

«El año 2020 fue muy duro para mí, en el medio de la pandemia y alejada de mi familia. Por eso decidí regresar. Y eso coincidió con los llamados desde el club. Por suerte, el Tano (Spinelli) y Julián (Scher, gerente del área) nunca dejaron de llamarme para manifestarme los deseos de contar conmigo en el plantel», se reconforta, ya con minutos de acción con la camiseta en el primer amistoso que plantel jugó, el sábado 13, ante San Martín de Burzaco, con el inicio de la temporada oficial a la vista. Y esa sensación se refuerza con sus primeras impresiones dentro del plantel.

«Encontré un grupo con mucha calidad humana y profesional, que sin duda está en condiciones de pelear por el objetivo de meterse entre los cuatro primeros equipos de la liga. Yo voy a aportar desde el lugar que me toque. Ver el Predio Tita así cómo está, después de tantos años, me genera orgullo y emoción. Porque es nuestro, porque es único en el mundo, porque surgió de las manos y la voluntad de los hinchas, socios y socias. El fútbol femenino en Estados Unidos tiene un desarrollo notable y una organización, lo sé porque lo viví desde adentro. Pero cosas como las del Predio no se ven allá o que profesionales como Gabi Arias y el Negro Ramírez vengan a entrenar personalmente a las arqueras del plantel. Eso marca el crecimiento del fútbol femenino en la Argentina».

Pronta a graduarse en Administración Deportiva y Relaciones Públicas (en mayo concluye la carrera), sus días ganan en intensidad porque «quiero que cuanto antes sean las 18 para empezar los entrenamientos». Luana lo ratifica: Racing es amor y pasión.

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(Racing Club)