Racing la pasaba mal ante Aldosivi, Copetti forzó un tiro libre y Pizzi le pidió a Chancalay que lo ejecutara: el ex Colón convirtió y puso el 2-2 a poco del final. Al equipo, otra vez, le faltó juego fluido.
Vale la voluntad pararse ante los obstáculos y enfrentarlos para tratar de resolverlos. Porque, eso, antes que otro perfil, fue lo que mostró Racing contra Aldovisi. Lo tuvo que correr de atrás dos veces, con dificultades, sin fluidez en el juego, aunque con la determinación de sacar adelante un partido que, sin subestimación, no se adivinaba con tantas trabas.
Los primeros síntomas no fueron alentadores y el diagnóstico se extendió bastante tiempo. Porque lo que pareció una sorpresa inicial, una situación incómoda que demandaba un ajuste de funcionamientos y coordinación, se transformó en una inestabilidad prolongada. Racing no pudo resolver la presión alta que Aldosivi expuso desde el arranque y que, salvo unos diez minutos, fue sostenida y eficaz. El visitante tuvo apego a lo que Fernando Gago viene proclamando en su primera experiencia, esta, como entrenador: búsqueda ofensiva con la pelota y, sin el balón, determinación para desarticular la construcción ajena.
Racing pudo haber convertido con algunas intervenciones de Rojas (un desborde por derecha con centro rasante, un córner que Melgarejo cabeceó alto y un tiro libre que Pocrnijic descolgó del ángulo superior izquierdo), pero lejos estuvo de movimientos armónicos. Aldosivi lo tuvo en el 1-0, con una combinación entre Braida y Maciel que cerró -luego de 17 pases desde la salida del área propio- con un remate pegado junto al poste derecho. Antes y después de ese suceso, Arias le puso el cuerpo, literalmente, a dos disparos que podrían haberle dado más festejos a Aldosivi.
Juan Antonio Pizzi entendió los mensajes del campo y metió mano, con Copetti en campo en la reanudación. Y el ex Rafaela, potencia absoluta, respondió de inmediato, con un cabezo para el 1-1. Lo que podía ser el cimiento para la tranquilidad y recuperación se disolvió enseguida, ya que un pase atrás corto de Mena (ingresó por Nery Domínguez) a Arias que Andrada capturó para desnivelar. Pizzi no se guardó nada, porque con Schelotto (en reemplazo de Pillud) buscó ampliar y profundizar la banda derecha; con Alcaraz (en lugar de Rojas) alcanzar una distribución más exacta, y con Lovera (por Melgajero), desequilbrio en el mano a mano por izquierda.
Copetti forzó una falta, Chancalay ejecutó el tiro libre sobre la derecha a pedido de Pizzi (“Chanca, pateá vos”, se pudo oír) y el ex Colón retribuyó la indicación.
El punto, a priori, representaba poco; a juzgar por los 90 minutos, se acomodó a los episodios. Ahora Racing necesita que el guión lo muestre como verdadero protagonista.
Fotos: Fabián De Ciria, Paola Lara y Juan Carlos Baldovino
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(Racing Club)