La última función, con alta calidad | Racing Club

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El  partido final de Sebastián Beccacece como DT de Racing fue con buen juego y triunfo: el 3-1 a Newell’s, final de la participación del equipo en la Copa Diego Armando Maradona, tuvo mucho de lo mejor del ciclo, como el juego fluido, el orden y un ataque masivo.

Antes que tristeza o melancolía, esta despedida, la de Sebastián Beccacece como entrenador de Racing luego de un año de gestión, debe promover la reflexión. Porque el técnico asumió un compromiso de los bravos -la sucesión de un ciclo de éxito como el que gestó Eduardo Coudet- y, al cabo de su trabajo, se puede ir con buena parte del deber cumplido. Incluso, esto excede la satisfacción de los objetivos enunciados en su primera conferencia de prensa (la clasificación a la Copa Libertadores 2021, un plan que proyectara a los juveniles del Predio Tita y un desempeño internacional consistente, como el alcanzado hasta los cuartos de final de esta edición del máximo torneo de Conmebol). Más allá de causas y azares acerca de la salida prematura del DT, a más de cinco meses del fin de su contrato, el foco apunta a un trabajo que afirmó una base, con un estilo definido y reconocible, en especial antes de la abrupta interrupción del calendario por la pandemia de coronavirus, y con el crecimiento del patrimonio futbolístico gracias al espacio concedido a los chicos que, luego, casos como el de Fabricio Domínguez y Carlos Alcaraz, supieron afirmarse.

En la última función, el modelo puesto en cancha recordó al que Beccacece supo sacarle brillo con Defensa y Justicia. Línea de 4 atrás con laterales proyectados, Miranda como eje en el centro, dos volantes interiores y tres arriba, con extremos (Melgarejo se cerraba para dejarle el carril derecho a Fabricio Domínguez, como se vio en el desborde para el 1-1). Con aportes individuales más que aceptables y un circuito aceitado, Racing hizo aquello que le salía con fluidez en la etapa prepandémica. Y con un mérito añadido: se repuso a un inicio incierto, con algunos problemas en el retroceso, y a un resultado adverso. 

Racing se apoyó en las conexiones que nacían en Miranda, se prolongaban en Rojas y progresaban en Fabricio Domínguez y los tres de punta. En un rayo, Fértoli empató (estupenda la gestación del uruguayo, esta vez interior derecho) y desniveló luego de una asistencia gourmet de Lisandro.

Newell’s fue una medida adecuada por nombres y por posición en la Zona B Complementación, a cuya final no pudo llegar por la derrota. Entonces, el manejo de tiempos y espacios que Racing alcanzó en el segundo tiempo, con muchas más chances para desnivelar que la diferencia final que arrojó el marcador, le dan forma a la esperanza. Porque Licha sigue siendo una memoria activa, una referencia que guía con su comprensión del juego (pudo convertir luego de 25 cotejos, desde octubre de 2019), y hay nombres que tiene un rango de calidad. Racing tiene con qué empezar de nuevo…

Fotos: Fabián De Ciria y Paola Lara

 

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(Racing Club)