La exageración del resultado

Racing

¿Exagerado? Sin dudas. ¿Podría haber sucedido el 2-2 en el resultado antes del 3-1? Absolutamente. Pero los argumentos, hasta los convincentes, se desvanecen ante evidencias nítidas. Racing fue irregular, osciló entre un primer tiempo con baja batería y un segundo en el que, hasta poco antes de la media hora, metió a Godoy Cruz en su arco y gestó las chances suficientes para reparar el 2-0 en contra de los primeros 45 minutos. Cuando se palpitaba el 2-2, un magnífico gol de Badaloni (zurdazo a la carrera, al ángulo superior derecho) frustró la reacción.

El inicio tuvo forma de ráfaga, un instante en el que Racing pareció entender todo el juego. Porque los primeros minutos, hasta los diez, el equipo hizo lo deseable: pases en secuencia, movilidad para no dar referencias fijas, rotación para que los volantes  rompieran la contención de Godoy Cruz, la última línea reduciendo el campo hacia adelante para comprimir el campo a fin de sostener la recuperación alta y la reanudación del ataque sin demoras…

No se extendió más allá porque el Tomba hizo ajustes  que trabaron la circulación y llevaron a que los avances fueran lanzamientos largos y previsibles. Con presión alta con cinco jugadores, los mendocinos complicaron los primeros toques y descansaron en una última línea que resolvió sin problemas los pelotazos. Y más con el 1-0, en el primer desajuste en defensa: córner jugado con cesión corta, no hubo movimiento cerca de Arias que tomara nota de los desmarques, centro de Ramínez y cabaezo limpio de Colman, sin custodia (Maggi estaba en una posición cercana).

Salvo una chilena de Copetti, primera llegada clara desde los cinco minutos  (Racing había acumulado un remate de Chancalay y un cabezazo del ex Rafaela en el arranque), no hubo generación ni profundidad. Godoy Cruz achicó hacia atrás y esperó que la búsqueda frontal le diera una chance. El mecanismo le funcionó a la perfección con un pase de 40 metros de González que tomó a Sigali y Novillo a la misma altura para la carrera de Colman, ingrato protagonista otra vez: la puso sobre la salida de Arias y el cierre de Novillo.

La cara opuesta se dio en la segunda parte, con un Racing que tuvo algo más que empuje. Fue ancho, veloz, vulneró por afuera, ganó las divididas y en duelos individuales. El gol de Chancalay, a los 19 minutos, estuvo precedido de dos tapadas de Espínola (al mismo Chancalay y a Melgarejo) y dos remates apenas desviados (ambos del ex Colón). Y después del festejo también hubo otra ocasión nítida, de Copetti, que Do s Santos desvío cuando el tiro pedía red. La maniobra siguiente fue la de Badaloni…

Cvitanich, con un remate exacto desde afuera, dio esperanzas a los 41 minutos, que duraron hasta los 48 (sobre 50 minutos), cuando Lomónaco añadió otra definición cuidada, de contra, con Racing a corazón abierto en procura del 3-3. No se podrá reprochar el amor propio, la voluntad para intentar enderezar un rumbo incierto, la determinación puesta sin recortes cuando el mejor juego no fluye. De hecho, los números -salvo los goles- favorecieron a Racing, con 23 remates, 11 al arco y 9 situaciones para convertir (Godoy cruz tuvo 11 tiros, con seis al arco, aptas para marcar). 

El compromiso está garantizado. Habrá que confiar en que los atributos de la creación, indispensables, también aparecerán.

Fotos: Paola Lara

 

(Prensa Racing Club)

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