Nuestra historia no empezó ayer y por lo tanto merece ser contada. Para saber quién es uno y hacia dónde va uno es fundamental conocer su propia historia; en especial cuando es tan rica y gloriosa como la de Racing. Y nuestra institución, con 119 años de vida, posee un pasado repleto de gloria, que tuvo a lo largo de tantos años a símbolos que forjaron la identidad colectiva del club, que desataron el amor de multitudes y que le entregaron la grandeza de la que todavía hoy disfruta. Por eso, como homenaje respetuoso y como saludo eterno, se los recuerda en las fechas que ya les pertenecen. A los ídolos académicos, simplemente gracias.
Todavía se mantiene en la memoria colectiva el recuerdo de ese disparo fulminante al minuto del segundo tiempo. Porque ese tiro podría haberse ido a cualquier otro lado, pero no: ese bombazo tuvo destino de ángulo, de gol y de campeón. En realidad, fue destino de Tricampeón. Sucedió en el Viejo Gasómetro, la casa de San Lorenzo, por la segunda final del torneo de Primera División de 1951, exactamente un 5 de diciembre como hoy. Mario Boyé, a quien se apodaba «el Atómico», le hizo honor adentro de la cancha a ese mote que resaltaba la potencia de sus remates y con un tiro furibundo ejecutado desde fuera del área grande, convirtió el tanto con el que Racing Club derrotó a Banfield por 1 a 0 para consagrarse no sólo como el mejor del certamen en curso, sino como Tricampeón por primera vez en el profesionalismo nacional y segunda en su historia al sumarle los tres títulos seguidos logrados dentro del legendario heptacampeonato académico.
El equipo que dirigía Guillermo Stábile tenía jugadores de lujo y venía de obtener los torneos de 1949 y de 1950. La campaña en el 51 siguió la misma línea previa de los años anteriores y fue realmente notable. Solamente el gran desempeño mostrado por Banfield impidió que la coronación llegara antes de que ambos se enfrentaran. La Academia disputó 32 partidos, de los cuales ganó 16, empató 12 y perdió nada más que 4. Además, marcó 60 goles y le hicieron solamente 37. Los dos mejores conjuntos del certamen quedaron igualados con 44 puntos y se jugaron entonces dos encuentros para definir la historia: el primero fue un 0 a 0 sin mucha gracia y el segundo acabó en sonrisa celeste y blanca.
Los protagonistas de la gesta fueron Higinio García, Ernesto Gutiérrez, Llamil Simes, José García Pérez, Ezra Sued, Antonio Rodríguez, Juan Carlos Giménez, Alberto Rastelli, Manuel Ameal, Manuel Blanco, Norberto Cupo, Boyé, Rubén Bravo, Héctor Grisetti, Julio Gagliardo, Ricardo Fernández, Jorge Blasetti, Alberto Cesáreo, Vicente Mauriño, Norberto Méndez, Nicolás Palma, Juan Carlos Fonda, Miguel Puertas y Jorge Gutiérrez. Además, García y Ernesto Gutiérrez estuvieron presentes en todos los duelos. Simes, por otra parte, fue el principal artillero con 15 conquistas.
En un nuevo aniversario de la gesta, Racing se pone de pie una vez más para aplaudir y recordar a los campeones como ellos lo merecen. Éste resulta ser un merecido homenaje para los dueños de una alegría que jamás pasará de moda y que nos hizo seguir sumando grandeza deportiva. Porque el hecho de mantener presentes en la memoria colectiva a estas fechas distintivas dentro de nuestra historia resulta fundamental para continuar con la construcción diaria de una institución con identidad propia como la nuestra.
(Prensa Racing Club)