(Efemérides) La estrella del 66, el inicio del camino a la gloria eterna

Racing

El decimoquinto título de liga inauguró la senda que sería reafirmada a lo largo del año siguiente y que finalizaría con la Copa Intercontinental. El 20 de noviembre de 1966 el equipo conducido por el genial Juan José Pizzuti empató sin goles ante Gimnasia y Esgrima La Plata y se quedó con el campeonato. Fue ni más ni menos que el puntapié inicial hacia la etapa más brillante de Racing.

La afirmación resulta tan obvia como ineludible cuando se hace referencia hacia un pasado como el nuestro: Racing Club cuenta en su haber con 119 años de vida de una riquísima historia repleta de gloria. Y como eso ya es sabido, es también irrefutable el hecho de que luego de tantas jornadas a lo largo del tiempo fueron construidas por una larga lista de galería de símbolos que forjaron la identidad del club, desataron el amor de multitudes y le entregaron a nuestra institución la grandeza de la que todavía hoy disfruta. Nuestra historia no empezó ayer y merece ser contada, ya que es fundamental conocer la historia para saber quienes somos y hacia dónde vamos. Por eso, como homenaje respetuoso y como saludo eterno, se los recuerda en las fechas que ya les pertenecen. A los ídolos académicos, simplemente gracias. Ayer, hoy y siempre.

Lo tenían en claro desde el primer minuto. Sabían lo que querían y entendían que iban a luchar con todas sus fuerzas adentro de la cancha, con la casaca académica adherida bien fuerte al pecho para lograrlo. Estaban decididos a quedar en la historia. Se lo plantearon hacia el final de 1965 y ratificaron la voluntad en el arranque del año siguiente. Los frutos están a la vista: la permanencia infinita en las páginas de gloria de Racing. Con  Juan José Pizzuti como mentor, la Academia armó un equipo imbatible que conquistó el campeonato de Primera División el 20 de noviembre de 1966 tras igualar 0 a 0 con Gimnasia y Esgrima La Plata en El Bosque. Sería el único título en el ámbito local hasta la hazaña lograda por el equipo a cargo de Reinaldo Carlos «Mostaza» Merlo en el 2001.
 
Si de campañas se habla, la de ese año fue impactante: 24 partidos ganados, 13 encuentros empatados y apenas 1 duelo perdido. Como si fuera poco, 70 goles a favor -un promedio de 1,8 por presentación- y tan solo 24 en contra -una media de 0,6 por compromiso-. Y, como si todo esto no alcanzara, un invicto que se extendió durante 39 cotejos -se cortó en la fecha 26 contra River- y que recién pudo superar Boca en 1999. Pero el andar del conjunto académico fue tan notable que incluyó seis goleadas de esas que permanecen en el recuerdo: un 5 a 0 a Quilmes (fecha 4), un 4 a 1 a Ferro (fecha 11), un 3 a 0 a Chacarita (fecha 25), un 3 a 0 a Estudiantes (fecha 27), un 3 a 0 a Argentinos (fecha 29) y un 3 a 0 a Ferro (fecha 30).

Los protagonistas de esta hazaña tienen nombre y apellido: Oscar Martín, Alfio Basile, Rubén Díaz, Juan José Rodríguez, Juan Carlos Rulli, Juan Carlos Cárdenas, Jaime Martinoli, Luis Carrizo, Roberto Perfumo, Humberto Maschio, Miguel Ángel Mori, Nelson Chabay, Agustín Cejas, Rodolfo Vicente, Néstor Rambert, Fernando Parenti, Osvaldo Canadell y Rodolfo Vilanoba. Martinoli, con 18 conquistas, fue el máximo artillero de Racing -Luis Artime lo fue del campeonato, con 23 goles-. Martín, Basile, Díaz y Rodríguez tuvieron asistencia perfecta a los encuentros y se transformaron en la columna vertebral del equipo.

Hoy se cumplen 56 años de aquella gesta inolvidable, que fue el puntapié inicial al periodo deportivo más glorioso que Racing haya conseguido jamás. Es por eso que desde la institución resulta imprescindible volver a recordar con admiración y emoción lo que aquel genial equipo se encargó de conseguir adentro de la cancha. Éste es el merecido homenaje para un grupo que coronaría su desarrollo obteniendo la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental en 1967. A cada uno de esos futbolistas y a los gestores de tanta gloria para nuestros colores, les decimos una vez más y por siempre la única palabra capaz de simbolizar el sentir del pueblo académico: gracias. Muchas gracias toda la vida.

(Prensa Racing Club)