Primera verdad que está clara: la historia no empezó ayer. Segunda verdad indiscutible: la historia merece ser contada. Tercera verdad irrefutable: es fundamental conocer la historia para saber quién es uno y hacia dónde va uno. Racing, con 119 años de vida, con un pasado repleto de gloria, tuvo a lo largo de tantos años símbolos que forjaron la identidad del club, que desataron el amor de multitudes y que le entregaron la grandeza de la que todavía hoy disfruta. Por eso, como homenaje respetuoso, como saludo eterno, se los recuerda en las fechas que ya les pertenecen. A los ídolos académicos, simplemente gracias.
El 18 de octubre de 1914, Racing obtuvo el segundo título de la seguidilla de siete, el primero de manera invicta, al consagrarse como el mejor de la Primera División. Orgulloso de su historia, el club repasa los acontecimientos deportivos que le permitieron transformarse en una de las instituciones más destacadas de esta parte del mundo.
La campaña del equipo fue verdaderamente impresionante: disputó 12 partidos, ganó 11 y empató solamente uno. También fue notable la capacidad goleadora de los jugadores racinguistas, que convirtieron 45 goles y que recibieron únicamente 7. Si de goleadas se habla, sobran los ejemplos en esa campaña mítica: un 7 a 1 a Platense, un 4 a 1 a Huracán, un 5 a 0 a Estudiantil Porteño, un 3 a 0 a Banfield y un 3 a 0 a Comercio. Más escuetos fueron los triunfos ante River (2-0) y contra Ferro (2-0). Pero, además, como dato saliente, el 16 de agosto de ese año hubo un 5 a 0 frente a Boca como visitante que expuso de forma indiscutible la categoría de esos futbolistas.
Nombres que no pasarán jamás de moda: Carlos Muttoni, Sylia Arduino, Saturnino Ochoa, Armando Reyes, Ricardo Pepe, Francisco Olazar, Ángel Betular, Juan Viazzi, Zoilo Canaveri, Alberto Ohaco, Alberto Marcovecchio, Juan Hospital y Juan Perinetti. Respecto a los artilleros, Ohaco, con 21 conquistas, y Marcovecchio, con 17 tantos, sobresalieron por encima del resto. Perinetti convirtió 7 goles y Hospital, 4. Como si todo esto fuera poco, en 1914 se lograron el torneo de Veteranos, el de Cuarta División, la Copa Ibarguren y el Torneo 6 Hombres. Por último, se le ganó un encuentro amistoso al Torino, que vino de gira por la Argentina, por 1 a 0 en el estadio de Ferro. La invitación del club italiano fue una muestra más de lo respetado que ya era Racing en aquel entonces.
Por si aún queda alguna duda en relación a la reputación de la Academia, Fernando Paso Viola, historiador de la institución, halló un texto publicado en el diario La Mañana que exponía sin titubeos la admiración que causaba el juego del futuro campeón: “Racing, el Alumni de nuestros días, asegura por segunda vez el campeonato de la Asociación obteniendo elevados scores sobre sus más poderosos rivales y, posiblemente, vencerá en el concurso de competencia, cuyos partidos finales disputará”.
Es válido entonces por parte de nuestra institución este reconocimiento para mantener vigente en la memoria colectiva de manera perpetua a un equipo que marcó una era en el fútbol del país, como más tarde se encargaría de hacerlo a nivel mundial tras quedar en la historia con un record que perdura hasta la actualidad y es motivo de un orgullo que define al mismo tiempo la identidad de Racing Club; que fue, es y será por siempre la Academia.
(Prensa Racing Club)