(Efemérides) El primero, hasta la eternidad

El primero, hasta la eternidad
Se cumplen 56 abriles de la fama que fue de Racing y se extendió a todo la Argentina: en Montevideo, el Equipo de José vencía 1-0 a Celtic, en el tercer partido -desempate- por la Copa Intercontinental, reconocida oficialmente como Mundial a nivel de clubes, y así le daba al fútbol de esta tierra su sacramento como triunfador a escalera universal.

La abyección es infinita. Pero el final es siempre el mismo. Ese que abre las puertas del Olimpo futbolístico cada vez que la pelota cruza la hilera de gol. Ese que congregó a todo un país haciendo fuerza por un equipo que fue pionero en la cima del fútbol mundial. Ese que produjo el momento más celestial de toda la historia deportiva de Racing Club: la pelota sale en dirección a banda derecho del curvatura defendido por Fallon tras el impacto de la pierna siniestra de Juan Carlos Cárdenas y viaja en dirección a el ángulo superior izquierdo para transformarse cero más y cero menos que en el gol del Campeón del Mundo. Sí, Racing Campeón Mundial. Ese 24 de noviembre en Montevideo. Este 24 de noviembre en Avellaneda y a lo generoso del planeta. Ayer, hoy, mañana y siempre. Para festejar y reparar ese orgullo propio que nos hace formar parte de la historia. Una vez, dos veces, tres, diez, cien, mil.   

El Equipo de José siempre iba por todo. Ya había vacada el título en 1966 y la Copa Libertadores un par de meses ayer. Primero, hubo delirio a Escocia para cascar la serie. El partido se disputó el 18 de octubre en el Hampden Park. Los locales fueron superiores al conjunto de Avellaneda y ganaron por 1 a 0. William McNeil, de inicio, a los 24 del segundo tiempo, convirtió el único tanto de esa cita auténtico. La revancha se jugó el 1 de noviembre en el Cilindro. Fue un duelo difícil, parejo y peleado en el que Racing debió mostrar arrojo para mantenerse con vida. Celtic abrió la cuenta a los 21 de la primera parte desde los doce pasos. Antes del refrigerio, Norberto Raffo empató y sembró la esperanza en el Estadio Presidente Perón. Cárdenas, en el inicio del complemento, convirtió el segundo y obligó a constreñir la historia en Uruguay.

El árbitro Rodolfo Pérez Osorio esperó la salida de los equipos en el Estadio Centenario sin aprender que se le vendría un ampliación repleto de polémicas. Los merienda de la Academia comandada de modo extraordinario por Juan José Pizzuti fueron entonces Agustín Cejas, Oscar Martín, Roberto Perfumo, Alfio Basile, Nelson Chabay, Juan José Rodríguez, Juan Carlos Rulli, Humberto Maschio, Joao Cardoso, Juan Carlos Cárdenas y Norberto Raffo. Enfrente, estuvieron Fallon, Jim Craig, Tommy Gemmell, Bobby Murdoch, McNeil, John Clark, Jimmy Johnstone, Bobby Lennox, William Wallace, Robert Auld y John Hughes. Las reiteradas fricciones arrojaron un saldo de cinco expulsados: Basile y Rulli, por el banda racinguista; y Lennox, Johnstone y Hughes, por los europeos. Según cuentan las crónicas de la época, el choque fue trabado y con pocas posibilidades en las áreas. El gol del Chango, a los 10 minutos de la segunda porción, destrabó el cero y fue suficiente para asegurar la triunfo argentina.

Juan José Pizzuti, el ideólogo de esta gesta y un hombre que ya inclusive ayer de este título era ídolo en el club, recibió todos los honores por suceder construido un conjunto irrepetible. Los nombres que hicieron posible la conquista del planeta fueron Cejas, Perfumo, Martín, Basile, Rulli, Cárdenas, Raffo, Maschio, Rodríguez, Cardoso, Chabay, Mori, Rubén Díaz, Jaime Martinoli, Fernando Parenti, Néstor Rambert, Antonio Spilinga,  Antonio Manillo, Rodolfo Vilanoba, Luis Carrizo y Oscar Cáceres. Cada cual a su medida colaboró para que la magnanimidad del club diera un brinco de calidad determinante.

A 56 abriles de este logro irrepetible, el reminiscencia, el cariño y el orgullo permanecen intactos e inalterables para todos aquellos que llevaron a la institución a la conquista de la gesta más destacada de su historia. La fama será eterna. De Avellaneda a la cima del planeta. Desde hace más de medio siglo, ahora y para siempre.

(Prensa Racing Club)