(Efemérides) El primero del primer grande

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El primero del primer grande
El enorme camino de gloria deportiva que nuestra institución posee en Primera División comenzó a escribirse en una jornada como hoy pero del año 1913. Con dos tantos convertidos por Alberto Ohaco, ídolo fundacional desde lo futbolístico, Racing se impuso ante San Isidro por 2 a 1 y obtuvo el título que inició su camino de conquistas a lo largo de la historia. Sería además el puntapié que le abrió paso a la legendaria gesta del heptacampeonato.

 

A estas alturas ya es toda una obviedad el mencionarlo, pero no por eso hay que dejar de hacerlo. Racing Club cuenta en su haber con 119 años de vida de una riquísima historia y un pasado repleto de gloria. Y como eso ya es sabido, es también irrefutable el hecho de que luego de tantas jornadas a lo largo del tiempo fueron construidas por una larga lista de galería de símbolos que forjaron la identidad del club, desataron el amor de multitudes y le entregaron a nuestra institución la grandeza de la que todavía hoy disfruta. Nuestra historia no empezó ayer y merece ser contada, ya que es fundamental conocerla para saber quienes somos y hacia dónde vamos. Por eso, como homenaje respetuoso y como saludo eterno, se recuerda a éstos grandes en las fechas que ya les pertenecen. A los ídolos académicos, simplemente gracias. Ayer, hoy y siempre.

Nadie imaginó que eso sería el puntapié inicial de una gesta imborrable. Racing, que todavía no era la Academia, había disputado solamente dos temporadas en la máxima categoría del fútbol argentino cuando comenzó a ganar imparablemente. El ascenso de 1910 se había logrado tras vencer por 2 a 1 a Boca y, luego de adaptarse a las nuevas exigencias deportivas, asomó un grupo de jugadores que le dio todo el brillo y toda la gloria. El primer paso de esa construcción que derivó en el heptacampeonato tuvo lugar el 28 de diciembre de 1913. Gracias a un triunfo por 2 a 1 frente a San Isidro, el cuadro de Avellaneda obtuvo el título de Primera División y comenzó a demostrar su hegemonía a nivel nacional.

La campaña fue notable. De principio a fin. El equipo de celeste y blanco jugó 20 partidos, de los cuales ganó 17, igualó uno y perdió dos. Convirtió la impactante cifra de 52 goles y le marcaron únicamente siete. En la fase regular, Racing compitió en la Zona A y terminó en el primer lugar, encima de River y de Platense. Justamente ante River debió disputar un duelo de desempate por un sitio en la final: hubo goleada por 3 a 0 y pasaje a la instancia decisiva. La categoría de Alberto Ohaco apareció en los momentos adecuados para permitirle a la Academia abrazarse por primera vez con la gloria.

El conjunto racinguista fue tan superior a sus adversarios que hilvanó nueve goleadas a lo largo del certamen. La más abultada fue el 6 a 0 a Banfield en el debut. Pero, además, hubo consagración en la Copa de Honor al ganarle por 3 a 2 a Nacional. Los protagonistas de semejante alegría son inolvidables: Carlos Muttoni, Saturnino Ochoa, Armando Reyes, Ricardo Pepe, Francisco Olazar, Ángel Betular, Juan Ohaco, Raúl López, Pedro Etchegaray, Alberto Ohaco, Alberto Marcovecchio, Juan Hospital, Juan Viazzi y Juan Perinetti.

Artífices de un recorrido lleno de grandeza y precursores de un camino de proezas deportivas que comenzó hace 109 años y se extiende hasta nuestros días, va el recuerdo desde la institución para ellos al cumplirse un nuevo aniversario del primer título que inauguró la gloriosa historia futbolística del Primer Grande.

(Prensa Racing Club)