El club logró adquirir otro preciado bien para seguir con la reconstrucción de los momentos más trascendentales de su vida. Gracias a la donación de un tercero, el Archivo Histórico obtuvo un ticket de estacionamiento perteneciente a la legendaria final del mundo disputada en el Cilindro hace más de medio siglo.
Recorrer los pasos de la historia permite adentrarse en un camino interminable, cuyo destino puede ser siempre un punto diferente a pesar de que el final escrito no se modifique. La chance de poder erigirse como un espectador de lujo de sucesos que ya ocurrieron permite analizar una y otra vez la realidad desde la perspectiva del conocimiento y brinda la posibilidad de comprender el porqué de esos momentos de índole fundamental en la construcción de procesos trascendentales y transformadores dentro de una sociedad en el mundo. Y Racing representa nuestro mundo. Por eso el hecho de poder seguir descubriendo detalles referidos a los sucesos destacados dentro de la vida de la institución, permite no sólo ponerlos en una perspectiva de análisis sino que invita a trabajar por un presente y un futuro que estén a la altura de las circunstancias.
El teléfono de uno de los trabajadores del club sonó y el dato que le llegó lo hizo sonreír de inmediato: “Alguien tiene un documento inédito de la final del mundo que se jugó en Avellaneda”, le dijeron. Sin perder el tiempo, la persona en cuestión consiguió el preciado valor y lo derivó al Archivo Histórico institucional. ¿Pero de qué podía tratarse? Sin dudas y más allá de haber transcurrido más de cincuenta años desde la gesta deportiva más importante en la vida deportiva racinguista, los detalles que surgen en la actualidad basados en la investigación aun son muchos y de lo más variado, al igual que aquellos que todavía se desconocen y que todavía esperan por ser encontrados. Y en esta ocasión un nuevo tesoro acababa de ser descubierto. Por eso resulta tan importante seguir buceando en el océano de la historia académica.
Nicolás vive en Villa Urquiza, pero sus raíces al igual que el pasado lo unen a Avellaneda y en especial, a Racing. Y a pesar de no ser hincha, guarda un cariño muy especial por todo lo relacionado al club debido a que una parte importante de su familia comulga ese sentimiento inexplicable por los colores académicos. Es por eso que conservó a lo largo de los años un documento que hoy decidió compartir, para que ese lazo de unidad se afirmara y le permitiera a la institución recuperar otro valioso trozo de historia sobre la gesta deportiva más importante en sus 117 años de vida. “Era algo que estaba entre los papeles del tío de mi viejo, que laburaba en tránsito”, cuenta el joven con respecto al documento que acaba de ceder en un formato digital de altísima calidad. Se trata de un boleto de estacionamiento legítimo de acceso al Sector Oficial del Cilindro -con ingreso por Cuyo y Pasaje Deseado, lo que en la actualidad es el Pasaje Corbatta- que data ni más ni menos que del 1 de noviembre de 1967, jornada en la que nuestro equipo se midió ante el Celtic de Escocia por el juego de revancha de la Copa Intercontinental. Aquella tarde en Avellaneda se vivió una jornada sin precedentes por donde se la mirase: se trató del partido con más público registrado en la historia del fútbol de nuestro país, ya que más de 120.000 personas se dieron cita en el Estadio Presidente Perón para alentar a los dirigidos por Juan José Pizzuti. Y desde lo futbolístico le permitió al equipo demostrar ante su gente que la adversidad no sería un escollo en el camino hacia la gloria eterna. A pesar del 0-1 de la ida en suelo británico y del penal marcado por Gemmell, los goles posteriores del Toro Raffo y del Chango Cárdenas torcieron el resultado y forzaron a un tercer partido en Uruguay. El final feliz de esa película ya es más que conocido.
El donante agradece de manera casi modesta por contactarlo y por el valor que se le da a su aporte desde el plano institucional. Afirma de nuevo que su conservación refiere estrictamente a ser “un recuerdo familiar” que lo remite a su pasado y se emociona al pensarlo. Y en Racing el sentimiento que se tiene es similar. Ese ticket no es simplemente un papel sellado y firmado, que remite a algo que ocurrió hace más de cincuenta años, sino que permite retrotraerse de nuevo a aquel miércoles que quedó grabado por siempre dentro de las páginas doradas en la historia del club. Gracias a este documento y a otros registros de la época (por ejemplo el mapa publicado por un diario local que aparece en la foto 4 de la galería que acompaña a este texto) se pudieron conocer pormenores relacionados a una jornada sin igual y que fue organizada en Avellaneda de acuerdo a una expectativa de carácter mundial. Debido a la gran cantidad de gente que se esperaba para la final se habilitaron varias manzanas circundantes al estadio, tanto del lado de la Avenida Pavón como de la calle Güemes, para permitir el estacionamiento del vasto número de vehículos que se esperaba recibir. Además, el tráfico en el Puente Pueyrredón se abrió sólo con mano única hacia la Capital Federal entre las 17.45 y las 19.30 para evitar un congestionamiento generalizado. Así también se indicó el recorrido para los invitados especiales -por Avenida Mitre hasta Italia antes del ingreso por el portón de Colón- y para aquellos con acceso al espacio oficial, para el que se necesitaba un boleto correspondiente como el que ahora ya forma parte para siempre de nuestra historia y de nuestro archivo.
*A pesar del contexto de cuarentena actual el Archivo Histórico continúa con investigaciones y trabajo distancia, así como también con el intercambio de mensajes por diversas consultas que llegan al área. Si querés realizar alguna pregunta o te interesa realizar alguna donación en carácter institucional, podés escribir a: [email protected] .
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(Racing Club)