Racing jugó un primer tiempo en muy buen nivel, con generación de juego y muchas situaciones para convertir. Pero se fue en desventaja y en el segundo tiempo le costó mantener el dominio. La derrota 2-0 ante Unión en Santa Fe no tuvo exacta relación con los 90 minutos.
¿El vaso con la mitad vacía o con la llena? Eso representó Racing en la derrota 2-0 en su visita a Unión en Santa Fe. Porque debió haberse quedado con pronunciada holgura con el primer tiempo, cuando generó chances en cantidad para golear. Pero a la vez, cierta permeabilidad defensiva y la notoria caída de tensión en el ataque en la segunda mitad hicieron que el consuelo por aquel desempeño se atenuara.
No hay exageración, enumeración teñida de parcialidad ni relato ajeno a la realidad: una victoria por una diferencia -mínima- de dos goles habría sido un resultado adecuado a los sucesos del primer tiempo. Porque si bien en el primer ataque a fondo de Unión, producto de una pérdida en mitad de cancha sobre el lateral derecho, terminó en gol porque las coberturas no llegaron en tiempo y forma, todo lo demás fue de Racing. Porque hubo circulación prolija y profunda, con una formación ancha, en especial por el estupendo desempeño de Augusto Solari por la banda derecha. La pelota fluía, la movilidad no ofrecía referencias fijas, con Licha alternando como mediapunta y delantero y Rojas como un volante que llegaba con el arco de frente, y la recuperación -salvo en un par de veces- funcionaba con rapidez y eficacia.
Entonces empezó la catarata de oportunidades, con cabezazos, con remates desde fuera del área y desde posiciones cercanas, con continuidad permanente, ya que entre los 3 y los 46 minutos se sucedieron las chances a cargo de Cristaldo, Rojas, Solari, Fértoli (todos dos veces) y Lisandro López. La razón del cero es fácil de atribuir: Sebastián Moyano mantuvo en pie a su equipo y, cuando el arquero local no pudo, alguna imprecisión en el último toque frustró el gol. ¿Más para lamentar? Luego de un cierre exacto en un contra de Unión, al cabo de una carrera de arco a arco, Solari debió salir con una molestia en la parte posterior del muslo derecho.
La segunda parte fue diferente. Con una línea de cinco defensores, dos volantes pegados y Márquez como principal referencia ofensiva, Unión ofreció menos grietas y a Racing la prolijidad se le fue: con pelota a lo ancho, sin cambio de ritmo, pase entrelínas y dificultad para imponerse en los duelos individuales, aquella versión superadora de los primeros 45 minutos no tuvo una remake.
Habrá que quedarse con el juego de ese primer tiempo que reconcilió con lo que este equipo ha sido capaz de construir. Así será más sencillo corregir los detalles que, sin dudas, hay que retocar.
Fotos: Fabián De Ciria
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(Racing Club)