Hoy se cumple el quinto aniversario de la partida de uno de los grandes símbolos de toda nuestra historia deportiva: Agustín Mario Cejas. Un arquero que desde sus cualidades futbolísticas y desde su personalidad impuso un sello que lo catapultó a la gloria mundial, al mismo tiempo que transformó a su apellido en una de las referencias indicadas a la hora de hablar de Racing. Un ídolo eterno que recordamos una vez más con emoción y respeto.
La afirmación resulta tan obvia como ineludible cuando se hace referencia hacia un pasado como el nuestro: Racing Club cuenta en su haber con 117 años de vida de una riquísima historia repleta de gloria. Y como eso ya es sabido, es también irrefutable el hecho de que luego de tantas jornadas a lo largo del tiempo fueron construidas por una larga lista de galería de símbolos que forjaron la identidad del club, desataron el amor de multitudes y le entregaron a nuestra institución la grandeza de la que todavía hoy disfruta. Nuestra historia no empezó ayer y merece ser contada, ya que es fundamental conocer la historia para saber quienes somos y hacia dónde vamos. Por eso, como homenaje respetuoso y como saludo eterno, se los recuerda en las fechas que ya les pertenecen. A los ídolos académicos, simplemente gracias. Ayer, hoy y siempre.
Hay personas cuya sola evocación se hace suficiente para saber de manera exacta e inmediata cual es la referencia que se busca destacar. Y la Academia tiene una inigualable galería de ídolos que han sabido construir a lo largo de su historia la identidad y la idiosincracia que nos distinguen y nos representan. Gente que ha logrado destacarse por sobre el resto, tanto por el sentimiento exhibido al vestir los colores del club, como por la gloria conseguida tanto adentro como afuera de un campo de juego. Al igual que Croce, Bottaso y Antonio Rodríguez en los primeros tiempos, que Fillol y Campagnuolo en el pasado reciente y que Saja junto a Arias en los recientes días de gloria, el nombre y el apellido de Agustín Mario Cejas aparecerán por siempre escritos entre los arqueros más grandes de la historia de Racing. De eso no hay dudas. Pero en el caso de Cejas el lugar ganado fue, es y será mucho mayor. Esa afirmación resulta tan incuestionable como la anterior. Y el motivo no es para nada menor: ser ni más ni menos que uno de los arquitectos constructores de la victoria sin precedentes que puso al equipo en la cima del mundo. Él fue uno de los artífices de esa gloria eterna.
De local y de visitante, con sol o con lluvia, Cejas era una garantía. Todo Racing sabía que, estando él en el arco, era muy difícil que los adversarios pudieran festejar. Seguro y elástico, volador y ganador, hizo su estreno en el primer equipo con tan solo 17 años, en 1962. Sus impresionantes actuaciones lo volvieron enseguida dueño del puesto y los hinchas lo transformaron rápidamente en un símbolo. Nacido el 22 de marzo de 1945 en Buenos Aires, su formación futbolística y su llegada al primer nivel nacional e internacional estuvieron ligadas al club.
La llegada de Juan José Pizzuti a la dirección técnica en 1965 lo encontró en un muy buen momento. Aunque en 1966 alternó con Luis Carrizo durante el campeonato logrado ese año, después se ganó la titularidad sin lugar a ningún tipo de discusión y fue fundamental en las conquistas de la Copa Libertadores de 1967 y en la Copa Intercontinental de 1967. Se marchó de la institución en 1970 y regresó en 1977 para jugar hasta 1980. En total, disputó 334 partidos. Semejante marca lo depositó en la cima de los jugadores con más presencias en Racing, solo superado por otro hombre de la casa: Gustavo Costas.
Además, pasó por el Santos de Brasil, por Huracán, por Gremio de Porto Alegre y por River, donde consiguió el título local en 1981. En ese año se retiró de la actividad. En la Selección, formó parte del plantel que compitió en los Juegos Olímpicos de Tokio en 1964. Ya fuera de las canchas, fue técnico de la Academia en 1984 y Secretario Técnico durante el inicio del nuevo milenio, allá por el 2000.
Cejas pasó a la inmortalidad el 14 de agosto de 2015. Su partida sumió a todo Racing Club en una profunda tristeza, pero al mismo tiempo comenzó a darle forma desde el recuerdo perpetuo a una leyenda que permanecerá inaleterable más allá del paso del tiempo y de las generaciones. Nadie jamás en el club olvidará el paso de este indiscutido por su arco y por sus colores. Cejas fue, es y será ídolo para siempre de esta institución. Y este viernes en que se cumplen cinco años de su partida física, la Academia entera se pone de pie a la hora de recordarlo con el mismo orgullo y emoción sentidas cuando él junto a un grupo de nobles compañeros depositaron a este club en la cúspide del fútbol mundial. Gracias por siempre, Don Agustín.
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(Racing Club)