Fue un sobrio defensor que marcó una época en base a su juego y a sus logros deportivos, tanto en Racing como en la Selección Argentina. Ídolos como Pelé y Juan José Pizzuti lo admiraron futbolísticamente, para dar cuenta de la talla de una jerarquía que luego se extendió con una destacada carrera como entrenador. Puly para los amigos y Don Pedro del Área para el mundo futbolero, Dellacha es sin dudas una de las figuras que integran la galería histórica de ídolos racinguistas.
A éstas alturas ya es toda una obviedad el mencionarlo, pero no por eso hay que dejar de hacerlo. Racing Club cuenta en su haber con 117 años de vida de una riquísima historia y un pasado repleto de gloria. Y como eso ya es sabido, es también irrefutable el hecho de que luego de tantas jornadas a lo largo del tiempo fueron construidas por una larga lista de galería de símbolos que forjaron la identidad del club, desataron el amor de multitudes y le entregaron a nuestra institución la grandeza de la que todavía hoy disfruta. Nuestra historia no empezó ayer y merece ser contada, ya que es fundamental conocerla para saber quienes somos y hacia dónde vamos. Por eso, como homenaje respetuoso y como saludo eterno, se recuerda a éstos grandes en las fechas que ya les pertenecen. A los ídolos académicos, simplemente gracias. Ayer, hoy y siempre.
No lo cuenta cualquiera. Lo avisan los que saben de esto. Así que lo que hay que hacer es prestar atención a lo que sigue. Edson Arantes do Nascimiento, conocido como Pelé, lo afirmó con contundencia en su autobiografía: “Fue el jugador que más fuerte me marcó”. Juan José Pizzuti, una de las glorias máximas de nuestra historia, lo mencionó también en alguna ocasión frente a la consulta sobre quién era su compañero: “Pedro fue un defensor feroz, muy duro en el campo de juego, pero hombre sensible y buena gente afuera”. Del Pedro sobre el que habla el gran Tito es Pedro Rodolfo Dellacha, un fenomenal zaguero que jugó en Racing entre 1952 y 1958 y que obtuvo el torneo argentino en el último año en el que estuvo en el club. También fue un referente de la Selección, con la que ganó dos Sudamericanos (Chile 1955 y Perú 1957) y con la que participó del Mundial de Suecia 1958.
En la ciudad de Lanús, el 9 de julio de 1926, Puly, como le decían su familia y sus amigos de la infancia, apareció en este planeta para cobijarse en los brazos de María Rosa Bollini, su mamá. Futbolero desde pequeño, hizo las Inferiores en Boca pero debutó oficialmente en Quilmes. A Avellaneda se mudó para reemplazar a un histórico como Higinio García, pieza vital del conjunto que logró el tricampeonato. Su estreno se dio en una victoria ante Ferro por 4 a 2. En total, disputó en la Academia 184 partidos, convirtió un solo gol y fue expulsado en una única ocasión, lo que pone de manifiesto que, más allá de su firmeza, era un hombre de claros valores de respeto deportivo.
Pedro se volvió Don Pedro del Área el 30 de marzo de 1955, cuando el periodista Félix Daniel Frascara lo bautizó de esa manera a raíz de una maniobra de tremenda categoría. Así la rememoró tiempo después el propio protagonista: “Contra Chile, hice una jugada que se la había visto a Nano Gandulla en Boca. Vino un pelotazo largo. Les gané a los dos delanteros que picaron y le grité a Musimessi ‘¡Tomá, Negro!’ y amagué. Con la derecha, pasé la pelota por detrás de la izquierda y salí hacia la mitad de la cancha. Los delanteros siguieron corriendo. Todo el estadio me aplaudió”, mencionó para dejar en claro que era un tipo de jerarquía y con recursos futbolísticos de sobra.
Su carrera como jugador se terminó en el Necaxa mexicano a mitad de la década del sesenta. Pero inmediatamente retornó a la Argentina para comenzar con una fructífera trayectoria como director técnico, que lo tuvo de paso por 16 equipos de siete países distintos entre América y Europa, en los que logró varios campeonatos. Como no podía ser de otra manera Racing lo contrató como entrenador en 1976 y pudo volver a disfrutar de esa figura que tan bien conocía al Cilindro y al club entero.
Dellacha falleció el 31 de julio de 2010 pero su vínculo con el club está lejos de extinguirse. Su recuerdo como figura insoslayable dentro de la riquísima galería de talentos que han dejado su huella futbolística en nuestro club se ha encargado de que su apellido se mantenga siempre vigente. Es por eso que hoy, al cumplirse un nuevo aniversario de su partida, Racing vuelve a demostrar su eterno respeto y gratitud por uno de los tantos apellidos que ayudaron a construir nuestra gloria deportiva a lo largo de la historia.
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(Racing Club)