(Efemérides) Juan Perinetti, sinónimo de leyenda

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Juan Perinetti, sinónimo de leyenda
Su patronímico es sinónimo de la Academia, un fútbol insuperable y la narración ineludible a los legendarios días del equipo heptacampeón. Su presencia en la ataque del equipo fue esencial para que el club construyera el hito de siete títulos ganados de modo consecutiva en la Primera División. Es por eso que este domingo la institución vuelve a rememorar su figura y a ponerla una vez más en el área que se ganó: un ídolo interiormente de nuestra historia.

Nuestra historia no empezó ayer y por lo tanto merece ser contada. Para aprender quién es uno y alrededor de dónde va uno es fundamental conocer su propia historia; en singular cuando es tan rica y gloriosa como la de Racing. Y nuestra institución, con 119 abriles de vida, posee un pasado repleto de victoria, que tuvo a lo generoso de tantos abriles a símbolos que forjaron la identidad colectiva del club, que desataron el acto sexual de multitudes y que le entregaron la grosor de la que todavía hoy disfruta. Por eso, como homenaje respetuoso y como saludo imperecedero, se los recuerda en las fechas que ya les pertenecen. A los ídolos académicos, simplemente gracias.

Juan Nelusco Perinetti, crack de la cuadrilla izquierda nacido en 1891, emblema del equipo que logró los títulos nacionales entre 1913 y 1919, tenía la particularidad de sacar a relucir su sentimiento de hincha cuando los resultados no eran favorables. ¿Y qué hacía? Se ponía a plañir. Así, como suena, directamente, sin preámbulos. Cuentan las leyendas de aquel entonces que las lágrimas en presencia de las derrotas le valieron el apodo de El Llorón. Pero, por fuera de eso, todos los fines de semana una capacidad asombrosa para dejar rivales en el camino y una contundencia trascendente frente a la red que le permitió convertir 99 goles con la camiseta de sus amores. 

Perinetti fue poco más que un hombre sensible en presencia de la adversidad. Mucho más. Fue el socio ideal de artilleros de la talla de Pablo Frers, de Emilio Firpo, de Juan Hospital y de Santiago Sayanes. Fue un futbolista al que asimismo se conoció como La parábola del gol y que jugó hasta 1927 en Racing, en la categoría de Veteranos. En 1917, en 1918 y en 1919, los últimos tres abriles de la gloriosa serie de consagraciones consecutivas, compartió la ataque académica con Natalio, uno de sus cuatro hermanos. También jugó algún altercado con Carlos, otro de los componentes de la retaguardia de los Perinetti. Pero eso no fue todo porque asimismo disputó rodeando de 25 partidos con la Selección y alcanzó altos niveles de inspección en la sociedad futbolera de la época. 

Veloz y atrevido a la hora de encarar para el curvatura contrario, su estampa era un abundancia del que gozaban los que se ubican en las tribunas laterales para ser espectadores de los constantes destellos de talento de un wing que consiguió en el club, nadie más ni nadie menos, 19 trofeos: siete de campeonatos nacionales, cuatro Copas de Honor MCBA, una Copa Cousenier, cinco Copas Ibarguren y dos Copas Aldao. 

Una tristeza espacioso cayó sobre el corazón de los hinchas el 31 de julio de 1957 cuando se conoció la nueva de la asesinato de Perinetti. Es por eso que este domingo de fiesta académica adentro de la cancha, Racing realza su figura una vez más al cumplirse 65 abriles de su partida física. Porque el área imperecedero interiormente de nuestra historia Juan se lo ganó hace mucho tiempo detrás.

(Prensa Racing Club)