(Efemérides) Dellacha, el Puly de la Academia

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Dellacha, el Puly de la Academia
Figuras de la talla mundial de Pelé cercano a nuestro Juan José Pizzuti admiraron su fútbol, que brilló tanto en Racing como en la Selección Nacional. Con presencia y clase adentro de la cancha, se convirtió en una relato absoluta de la defensa en su época. Más tarde asimismo brilló detrás de la partidura de cal como monitor. Don Pedro del Ámbito hoy vuelve a estar presente en la memoria colectiva del club. 

A éstas directiva ya es toda una obviedad el mencionarlo, pero no por eso hay que dejar de hacerlo. Racing Club cuenta en su suceder con 119 primaveras de vida de una riquísima historia y un pasado repleto de delicia. Y como eso ya es sabido, es asimismo irrefutable el hecho de que luego de tantas jornadas a lo generoso del tiempo fueron construidas por una larga relación de sala de símbolos que forjaron la identidad del club, desataron el simpatía de multitudes y le entregaron a nuestra institución la honor de la que todavía hoy disfruta. Nuestra historia no empezó ayer y merece ser contada, ya que es fundamental conocerla para asimilar quienes somos y con destino a dónde vamos. Por eso, como homenaje respetuoso y como saludo indestructible, se recuerda a éstos grandes en las fechas que ya les pertenecen. A los ídolos académicos, simplemente gracias. Ayer, hoy y siempre.

No lo cuenta cualquiera. Lo avisan los que saben de esto. Así que lo que hay que hacer es prestar atención a lo que sigue. Edson Arantes do Nascimiento, conocido como Pelé, lo afirmó con contundencia en su confesiones: “Fue el tahúr que más robusto me marcó”. Juan José Pizzuti, una de las glorias máximas de nuestra historia, lo mencionó asimismo en alguna ocasión frente a la consulta sobre quién era su compañero: “Pedro fue un defensor feroz, muy duro en el campo de serie, pero hombre sensible y buena parentela fuera”. Del Pedro sobre el que palabra el gran Tito es Pedro Rodolfo Dellacha, un fenomenal posterior que jugó en Racing entre 1952 y 1958 y que obtuvo el torneo argentino en el posterior año en el que estuvo en el club. También fue un referente de la Selección, con la que ganó dos Sudamericanos (Chile 1955 y Perú 1957) y con la que participó del Mundial de Suecia 1958. 

En la ciudad de Lanús, el 9 de julio de 1926, Puly, como le decían su grupo y sus amigos de la infancia, apareció en este planeta para cobijarse en los brazos de María Rosa Bollini, su mamá. Futbolero desde pequeño, hizo las Inferiores en Boca pero debutó oficialmente en Quilmes. A Avellaneda se mudó para reemplazar a un histórico como Higinio García, dormitorio esencial del conjunto que logró el tricampeonato. Su estreno se dio en una vencimiento delante Ferro por 4 a 2. En total, disputó en la Academia 184 partidos, convirtió un solo gol y fue expulsado en una única ocasión, lo que pone de manifiesto que, más allá de su firmeza, era un hombre de claros títulos de respeto deportivo.

Pedro se volvió Don Pedro del Ámbito el 30 de marzo de 1955, cuando el periodista Félix Daniel Frascara lo bautizó de esa forma a raíz de una maniobra de tremenda categoría. Así la rememoró tiempo a posteriori el propio protagonista: “Contra Chile, hice una pasada que se la había trillado a Nano Gandulla en Boca. Vino un pelotazo generoso. Les gané a los dos delanteros que picaron y le grité a Musimessi ‘¡Tomá, Negro!’ y amagué. Con la derecha, pasé la pelota por detrás de la izquierda y salí con destino a la medio de la cancha. Los delanteros siguieron corriendo. Todo el estadio me aplaudió”, mencionó para dejar en claro que era un tipo de subordinación y con capital futbolísticos de sobra.

Su carrera como tahúr se terminó en el Necaxa mexicano a medio de la plazo del sesenta. Pero inmediatamente retornó a la Argentina para comenzar con una fructífera trayectoria como director técnico, que lo tuvo de paso por 16 equipos de siete países distintos entre América y Europa, en los que logró varios campeonatos. Como no podía ser de otra forma Racing lo contrató como monitor en 1976 y pudo retornar a disfrutar de esa figura que tan correctamente conocía al Cilindro y al club inalterable.

Dellacha falleció el 31 de julio de 2010 pero su vínculo con el club está remotamente de extinguirse. Su presente como figura insoslayable interiormente de la riquísima sala de talentos que han dejado su huella futbolística en nuestro club se ha encargado de que su patronímico se mantenga siempre válido. Es por eso que hoy, al cumplirse un nuevo aniversario de su partida, Racing vuelve a demostrar su indestructible respeto y agradecimiento por uno de los tantos apellidos que ayudaron a construir nuestra delicia deportiva a lo generoso de la historia.

(Prensa Racing Club)