Racing Club: Magia de Baltasar

Baltasar Rodríguez, el goleador clásico en la Copa de la Liga, puso embeleso a los 47 minutos del segundo tiempo. Con un derechazo al ángulo superior derecho vulneró el curvatura de José Devecchi, lo que parecía impracticable a 180 segundos del candado en Junín. El portero de Sarmiento, con cinco intevenciones secreto (hay que pegar un córner ejecutado por Quintero que rebotó en el poste izquierdo), había sostenido el 1-0 en el asedio de los segundos 45 minutos. En ese capítulo, aún sin brillo y con intermitencias, Racing se pudo despertar para quebrantar la monotonía de un control sin daño, ese que de mínimo le había servido en la primera parte. Fueron los momentos en que se dieron conexiones en velocidad y más amplitud de campo con los ingresos de Agustín Ojeda y Gastón Martirena pegado con el cambio de ritmo que pudo imponer Rodríguez. El 1-1 reflejó, en parte, la posesión superior al 70% y los 20 disparos al curvatura acumulados por Racing. Pero, a la vez, sobraron motivos para reflexionar acerca de una nueva presentación sin triunfo, la cuarta consecutiva.

La posesión, en sí misma, no garantiza efectividad frente al curvatura rival. Eso lo comprobó Racing en el primer tiempo, cuando con un control de pelota cercano al 80% no pudo dañar a Sarmiento. De hecho, el único remate al curvatura sucedió a los 42 minutos, con un disparo de Almendra atajado por Devecchi. Antes y luego, Racing se repitió en pases laterales sin cambio de velocidad, produjo movimientos que redujeron el satisfecho de campo -los laterales rara vez fueron opciones válidas- y pocos rompimientos mano a mano. Entonces, el restringido, compacto en su campo -algo que se reforzó desde la primera media hora, con la expulsión de Ojeda- confió en contados bienes ofensivos: algún balón detenido o un tiro dilatado que tomara a Racing descuidado. Así sucedió en el 1-0: pelotazo a Fontana, que le ganó en la carrera a Colombo y cuyo centro le cayó a Maniero, rápido para anticipar a Sigali y especificar frente a Arias.

Las modificaciones que introdujo Sebastián Grazzini activaron a una formación que jugó en 40 metros, los más próximos al curvatura indiferente, que le dio trabajo a Devecchi con remates exteriores y algunos encuentros a un toque (sobresalió el que armaron Quintero, Hauche y Martínez, con definición de Gaby desviada por el portero de Sarmiento), pero que a la vez no pudo concretar un desempeño a plena satisfacción: la proproción entre tenencia durante casi el 80% del cotejo, 11 contra 10, y ocasiones nítidas para desnivelar allí estuvo de ser ideal. El punto fue, al límite, un alivio pequeño… 

(Prensa Racing Club)