Racing Club: Un destello en la oscuridad

Racing

El equipo pereció tener un cambio de marcha más respecto de los partidos anteriores, con salida rápida y vertical en cuanto encadenaba pases. Pero la velocidad se convirtió en apuro y confusión después de los 18 minutos, cuando Platense se puso en ventaja por un tiro penal mal concedido por VAR (Moreno mueve su brazo izquierdo y amplía el volumen porque Susso, con quien salta a cabecear, se apoya en sus hombros con infracción y provoca que el volante toque el balón con su brazo; el árbitro Darío Herrera no concede la pena máxima, pero modifica su posición por el llamado y la influencia de la instancia de revisión a cargo de Nazareno Arasa, tal como se detecta en los audios revelados un día después). A partir de ese instante, con Platense refugiado casi sin salir de contra (recién se acercó con riesgo a los 50 minutos del primer tiempo, en la última), Racing repitió la imagen de equipo con monopolio de pelota, con premura en vez de lucidez y exceso de lanzamiento largo, sin asociaciones en corto. Pese a eso, debió haber empatado con dos cabezazos de Roger Martínez y un disparo de Gómez.

La sensación de ya haber pasado por la situación de posesión, desventaja y tensión se reforzó sin demoras en el segundo tiempo, porque a los 10 minutos Platense sacó una contra perfecta de izquierda a derecha que concluyó con un cabezazo de Martínez para el 2-0. El pozo se hizo más profundo porque el control de balón jamás se tradujo en maniobras nítidas, sin perjuicio de aportes individuales de Gómez (tuvo el 1-1 en un eslálom que cerró con un disparo junto al poste derecho), de un penal que el VAR debería haber puesto en observación (mano de Lozano al cortar un pase, también de Gómez) y del estupendo toque de Baltasar Rodríquez para el descuento.

Hay que resetear, limpiar cuerpo y alma cuanto antes. Aún queda bastante para enderezar lo que se ha torcido.

(Prensa Racing Club)