Racing Club: Es por ahí

Racing

Savia nueva y saludable… La renovación, circunstancial por la proximidad del compromiso por Copa Libertadores, excede ese detalle. Racing le ganó 2-1 a Tigre en la segunda fecha de la Copa de Liga en un terreno con frecuencia inhóspito -sólo una vez lo había logrado desde que Tigre se hizo de Primera en este siglo XXI- y con el piberío forjado en el Predio Tita. Porque a la formación de inicio, muy similar a la de la presentación ante Unión, Fernando Gago le agregó más caras nuevas, con los debuts de Nicolás Kozlovsky, David González y Gonzalo Escudero durante el segundo tiempo, en una ratificación de que el plan de abastecer la Primera con la sangre propia es más que una declaración ocasional.

Los primeros 11 minutos resumieron el ideal de perfección. Circulación exacta, pelota en posesión permanente, un esquema que daba pruebas de eficacia y goles. Con la población en el medio gracias un parado con Martirena abierto por derecha e Ignacio Galván por izquierda más Vera en el eje, Racing se aseguraba el control para que, en la continuidad, Quintero y Almendra administraran formas y tiempos. Los dos refuerzos combinaron en el 1-0, con exquisita definición del colombiano, y otra vez Juanfer apareció -luego de otra contribución importante de Martinera- para asistir a Rodríguez. El 2-0 sugería más y mejor juego.

Sin embargo, el descuento prematuro con un cabezazo de Rojas cambió los planes y los augurios. Porque Tigre dominó hasta el final con dos recursos: el movimiento de sus mejores hombres (Paredela, Castro, Badaloni…) a espaldas de un Vera al que le faltó compañía para el corte y, sobre todo, la vía área. Porque la pelota por arriba volvió a exponer las debilidades de la defensa de Racing. Dos cabezazos de Badaloni y otros centros que Tagliamonte no acertó a cortar (el arquero sí respondió de manera notable al tapar una media vuelta de Badaloni) desnudaron el karma ya repetido.

El segundo tiempo, con el mismo elenco, estuvo lejos de las zozobras del primero aunque Racing cubrió terreno propio y sacó la pelota hacia el campo de Tigre recién en el último cuarto de hora. El local perdió lucidez, Racing ganó en solidez con las líneas más juntas y un esquema 4-4-2, con el añadido de que las bolas por aire ya no generaron inquietud. Tagliamonte le frustró un remate nítido a Castro, pero enfrente Rojas lo hizo con uno de Meaurio en un reflejo de paridad que, al cabo, selló el 2-1. Los chicos disfrutaron y los grandes también, con el regreso de Leonel Miranda ya superada la lesión ligamentaria en su rodilla izquierda, como símbolo de la experiencia necesaria.

(Prensa Racing Club)