Racing Club: ¡Siempre así, Racing!

Racing

Aquellos desajustes, imperfecciones y rendimientos individuales ajenos a la costumbre forjada por este equipo se desvanecieron en la revancha. Racing no dejó lugar a dudas de que estaba en condiciones de revertir el 2-4 con que regresó de la visita a Atlético Nacional y certificó sin fisuras, con control del juego, generación de situaciones y el dominio cada aspecto del cotejo, en ritmo y en las características que tuvo un enfrentamiento sin paridad por voluntad de Racing.

Hubo una mejora sustancial en el primer tiempo respecto del trabajo realizado en Medellín. No pasó mayores sobresaltos en defensa porque redujo espacios y se impuso en duelos individuales al igual que anticipos. Abierto para ocupar el ancho del campo, esa amplitud le permitió abrir a una defensa que, con el 4-2 de ida, se suponía como certeza que apostaría a cubrir el bloque bajo. Fueron Rojas por izquierda y el dúo Rubio-Ojeda los que funcionaron de llaves para la apertura. Justamente un centro de Rojas para la cabeza de Roger Martínez derivó en el 1-0 para sostener la esperanza.

Y en el segundo no decayó la tensión, sino lo contrario: el gol premturo de Ojeda, con corrida y exacta definición, alivió tensiones con la paridad en la diferencia y alentaba la convicción de que un gol más era más que posible para dejar a tiro los cuartos de final. Y así fue: otro pibe destacado como Rubio recuperó alto, la pelota derivó hacia Roger Martínez que otra vez tuvo destreza y frialdad para asumir la decisión correcta con un remate que se desvió en Aguilar y se metió arriba.

Atlético Nacional jamás puso en riesgo el avance hacia la siguiente instancia y confirmó que la noche de Medellín había sido la de una tormenta perfecta. Racing ya se metió entre los ocho mejores de la Copa Libertadores y renovó una certeza: lejos está de conformarse…
 

(Prensa Racing Club)