A lo largo del primer tiempo las intenciones claras de nuestro equipo por progresar en el campo de juego chocaron ante dos factores que lo impidieron en mayor o menor medida: por un lado la línea media del equipo rosarino, que expuso argumentos de resistencia apoyados tanto en una marca férrea como en salidas veloces en la faceta del contragolpe; y por otra parte, los pocos momentos de conexión ofensiva a la hora de generar fútbol de mitad de cancha hacia adelante.
Racing contó con mayor posesión del balón pero a pesar de este factor a favor, limitó sus opciones de ataque casi de manera total a las ejecuciones de Rojas en pelota detenida, que en dos ocasiones escaparon por encima del travesaño. Por su parte Newell´s se agrupó en su campo sin resignar la búsqueda del arco rival y de contra contó con algunas opciones claras de gol; la más clara, con un remate de larga distancia de Méndez que se escapó cerca del segundo palo.
Y a lo largo del complemento la dinámica esgrimida en cancha por ambos equipos sólo se vio modificada cuando el gol se hizo presente en el marcador. Porque hasta ese momento la Academia había mostrado más ímpetu a la hora de avanzar desde la gestación colectiva, pero pocas situaciones claras frente a Hoyos que no fueran tiros de falta ejecutados por su número 10. De hecho, el paraguayo exigió al golero rival a estirarse sobre su ángulo derecho a los 10 minutos para sacar una pelota con destino de festejo racinguista. Los rivales tampoco mostraron alternativas ofensivas distintas a las que ya habían probado durante la etapa inicial, pero aprovecharon lo generado para sacar ventaja a los 21´ de la etapa, tras un tiro de esquina que devino en un anticipo de Velázquez de cabeza por el segundo palo.
Gago movió el tablero desde afuera para dinamizar el mediocampo y acortar las distancias con el ataque: entraron Moralez y Romero por Guerrero junto a Hauche -más tarde entraron también Fértoli y Román Fernández en lugar de Gómez y Pillud- . Y si bien el equipo mostró algo más de cohesión a nivel general para llegar a posiciones ofensivas, los intentos se diluyeron al pisar la línea imaginarios de los tres cuartos de cancha, frente a un rival que manejó la diferencia a su favor con resguardos y el objetivo claro de conservar el triunfo.
Será cuestión ahora de enforcarse en la clara misión de recuperar la senda ganadora en el campeonato, ni más ni menos que en el Clásico de Avellaneda del próximo domingo en el Estadio Libertadores de América. Sin dudas será una ocasión más que propicia para volver a demostrar adentro de la cancha todo aquello que este equipo ya dejó bien en claro desde hace tiempo que puede hacer.
(Prensa Racing Club)
