Racing Club: ¡Viva el fútbol!

Racing

El 1-0, al cabo la chapa del partido, merece el detalle porque resume las pretensiones de Racing, su declaración de principios acerca de cómo entiende este juego. Pese a las urgencias por el triunfo, por la necesidad de esos tres puntos esenciales para mantenerse en la carrera  bien arriba, Racing jugó… y cómo. Porque Vecchio recibió y pensó; entonces descargó en Hauche, cuya devolución de primera derivó en otro toque de Emiliano, casi al punto de penal del área de Patronato. Y allí Copetti no cerró la maniobra, sino que la prolongó en un pase al Demonio para el final, con el festejo, de esa confección de estilo.

Menos el gol, Racing tuvo todo en el primer tiempo. Con un esquema inhabitual que recurrió por ausencias masivas a línea de cinco -en rigor, tres centrales y los dos Mura y Mena subidos , el Chueco para agrandar por la izquierda y Facundo para intercambiar apariciones como extremo e interior-, el equipo tuvo generación por movilidad, pase rápido y preciso y búsqueda de espacios. Debió haber ganado por margen cómodo esa etapa, pero otra vez hubo imperfecciones en la definición, de diversas maneras: por cabezazos, disparos de frente y sesgados y, también, en situaciones cara a cara como la de Romero con Altamirano.

Arias apareció dos veces, la primera con un notable manotazo para frustrar una volea de Rodríguez, para conservar el cero propio. No hubo proporción entre posesión y llegadas nítidas, al extremo de que Patronato, una formación más que respetable diseñada por Facundo Sava para evitar el descenso con apego al ataque, debió resignarse a correr de atrás.

Racing tuvo carácter para sobrellevar las presiones en un contexto arduo y llegó a su objetivo apoyado en su idea, en el compromiso colectivo, en la voluntad masiva para enderezar lo que estaba torcido, en la jerarquía de Vecchio para dictar los tiempos y, también, en las apariciones puntuales de Arias.

Todo eso conforma un equipo…

Foto: Paola Lara.
 

(Prensa Racing Club)