En el duelo de estilos, marcado y en plena ratificación de antecedentes, Racing no cedió ante el escenario y las circunstancias. Asumió el control en la casa de uno de los invictos del certamen, que había llegado como líder y sostuvo esa condición. Racing tuvo pase horizontal, circulación y reducción de espacios hacia adelante. Y Newell’s ratificó su firmeza defensiva, su despliegue en la zona más próxima a su arco y su concentración para apostar al corte y salida rápida.
El desafío consistió en hallar zonas para filtrar de manera vertical, una tarea extrema porque el local, con el sello de Javier Sanguinetti como DT, diseñó una defensa con cinco hombres -los tres centrales, de alta talla- y volantes en retroceso que, al haber cedido la posesión por propia voluntad, tapaban huecos y sellaban grietas. Racing ensayó por afuera, con la proyección de los laterales, aunque sin eficacia durante la primera etapa. Dos veces, de todos modos, estuvo cerca del grito: Franco Herrera, juvenil arquero de Newell’s (Macagno, el titular, está lesionado), tapó un remate de Leonel Miranda y un rebote en Mansilla, su compañero, que se colaba en el arco luego de una maniobra de Tomás Chancalay por derecha. Sin temor a los obstáculos, a los que se sumó la prematura lesión de Leo Sigali que generó el debut de Jonatan Galván, Racing no se conformaba…
La única alteración, de breve duración, en el desarrollo referido se dio en el primer cuarto de hora del segundo tiempo, cuando Newell’s reparó en su localía y avanzó para hacer un amago de posicionamiento en campo ajeno. De eso apenas surgió un zurdazo de González que Gastón Gómez, en el ángulo superior izquierdo, echó al córner. La última media hora se jugó como en casi la totalidad: con el control de pelota de Racing, que reforzó con los ingresos de Carlos Alcaraz, Jonathan Carbonero, Maximiliano Romero y Edwin Cardona, para blindar su aspiración de triunfo. El 0-0 se explica, en buena medida, por las intervenciones de Herrera, responsable de que dos remates de Gabriel Hauche, uno de Jona Gómez y el restante de Carbonero, no acabaran en la red. El detalle de esta última maniobra resume cómo Racing entiende el fútbol: a los 40 minutos, Eugenio Mena, proyectado por enésima vez, expuso su talento para llegar al fondo y cruzar el centro que Alcaraz, en posición de remate, cedió al colombiano. Su definición, fuerte y contra el poste izquierdo, hizo de Herrera la máxima figura.
Fue 0-0, pero no cabe ningún reproche…
Foto: Foto Baires.
(Prensa Racing Club)