Racing Club: Duro de creer

Racing

Sucedió ante River de Uruguay, hace menos de un mes, y la película en Jujuy, por los 16vos. de final de la Copa Argentina, repitió buena parte del desarrollo y un desenlace que representa un golpe duro. Porque Racing cayó 2-1 ante Agropecuario, que dio vuelta el resultado en una ráfaga de cuatro minutos en el cierre del primer período. Y eso sucedió, como en la ocasión mencionada, porque a la generación de repetidas situaciones favorables le faltó el complemento de la eficacia en la definición, algo que también incluye los aciertos de Williams Barlasina, el arquero rival. Hay que señalar, también, que la defensa fue vulnerable en dos sucesos repetidos, con lanzamientos largos sin coberturas adecuadas. 

No era necesario el don de la adivinación para anticipar que Agropecuario, de irregular campaña en la Primera Nacional, poblaría la zona cercana a su arco y jugaría la pelota al espacio cuando la recuperase. El armado de 5-3-2, con Blando y Dening como puntas, funcionaba como se presumía. Pero Racing, fiel a la posesión, encontró espacios en el inicio y pudo haber sacado ventaja con un cabezazo de Javier Correa y una volea de Leonel Miranda. 

Le llevó un breve tiempo salir del encierro que Agropecuario había vuelto eficaz y, antes de la primera media hora, Racing conectó como suele hacerlo: lanzó recto Miranda, Tomás Chancalay cortó de izquierda al medio y aprovechó el hueco que Correa le había abierto al arrastrar la marca de Moiraghi. El 1-0 presagiaba tranquilidad para la Academia a partir del control. Sin embargo, todo se desbarató en una combinación de desajustes y percances. A los 43 minutos, un pelotazo de campo propio dejó mano a mano a Blando con Cáceres y el delantero sacó un zurdazo fuerte al primer palo. Enseguida, Carlos Alcaraz dejó la cancha a puro llanto, con una lesión que se presume muscular. Y para cerrar la cadena nefasta, a los 47, un despeje de cabeza de Fritzler a la altura del círculo central salió largo y, otra vez, Blando le ganó la espalda a Cáceres y en la carrera a Insúa para definir de derecha. La defensa, las dos veces, quedó larga sin los retrocesos adecuados.

El segundo tiempo fue, también, fácil de sospechar en su desarollo. Racing fue, por abajo, por arriba, con voluntad sin quiebres y acumuló seis chances nítidas para el empate. Salvo en la primera, a los 10 minutos, en la que el palo izquierdo frustró un cabezazo de Correa, en las cinco restantes fueron las manos de Barlasina las que se levantaron como muralla. Cuatro veces lo hizo ante intervenciones de Correa, una frente a Chancalay y la otra con Matías Rojas. Y cuando el 1 de Agropecuario quedó al margen, la suerte miró para otro lado, como en el rebote generado por el zurdazo de Rojas que dio en el pecho de Piovi para irse desviado con el arco vacío.

Habrá que levantarse de inmediato, corregir errores y ratificar convicciones. Racing sabrá hacerlo…
 

(Prensa Racing Club)